Vida freestyle

Soledad Arena es campeona argentina de fútbol freestyle, una disciplina que consiste en hacer trucos con el balón, y habló con Punto Aparte acerca de su carrera, que se encuentra en pleno crecimiento.

Comenzó haciendo trucos en los semáforos y en los trenes, hasta que se encontró con el padre de Charly Iácono, campeón mundial de freestyle, quien la inició en el mundo profesional. «Él justo frenó en el semáforo en el que yo estaba trabajando, me dio un billete, dio una vuelta manzana, y se frenó de nuevo y me dijo: ‘mirá, yo soy el papá de este chico’. Me mostró un video de Charly y me dijo que le gustaría que yo entrene con él, que me veía futuro en el freestyle. No le creía mucho al señor porque yo al trabajar en la calle varios años siempre viene uno que te chamuya y en realidad tiene otras intenciones, entonces yo no le creí en ese momento a él. Entonces cuando lo cité, le dije que sea en la plaza de Temperley al mediodía. Si va a pasar algo, mucho no puede hacer porque es de día, hay gente. Cuando llegué a la plaza estaban ahí y era verdad».

¿Sentís que hubiese sido distinto tu camino si hubieses sido hombre?

«No, me encanta ser mujer. Y ser mujer y hacer esto es lo mejor que me puede pasar. Es más normal que un hombre haga este deporte y creo que me sirve mucho a mí ser mujer. Igual no soy de tener miedo a esas cosas, como que yo quiero algo y voy y lo busco. No importa si sos hombre o sos mujer, tenés que ser bueno y ya.»

Como otros profesionales del mundo freestyle, Soledad tuvo un pasado en el fútbol. En su caso había pertenecido a la tercera de futsal en Racing, pero lo dejó para perseguir sus sueños. «Me costó, estuve deprimida como 5 meses. Imagínate una persona que juega al fútbol desde que tiene memoria y de un día para el otro deja de jugar», confesó la campeona.

La familia Arena, conformada por su madre y hermanos, la apoyaron desde el primer momento a pesar del temor porque ella tenga que estar sola en la calle. «Siempre fui como de hacer lo que quiero hacer, sí acepto consejos y puntos de vista. Pero si yo quiero hacer algo, voy y lo hago por más que haya miedo o por más que alguien no quiera».

¿De dónde proviene esta personalidad tan marcada?

«Tiene que ver un poco con la iglesia, yo me crié con una familia cristiana y tengo recuerdos de la iglesia, cuando era chiquita, que siempre me decían que mi vida tiene un propósito, que yo nací para ser alguien. Entonces lo rescato de ahí. Hay cosas que no me gustan de la iglesia, pero puedo sacar eso positivo. No me dijeron en ningún otro lado que mi vida tiene sentido, pero ahí sí, entonces me quedó siempre.»

Entre otras creencias, Soledad es vegana. «Fui criada comiendo carne, desde que soy chiquita mi mamá me daba leche, guiso y eso. Siempre me gustaron los animales, siento una conexión especial con ellos. Y sufren mucho maltrato, abuso, explotación y no me gusta. Mi decisión de ser vegana fue de un día para el otro, el día anterior había comido milanesas. Hice una conexión especial y decidí dejar de comer productos animales. Además, también no ayuda nada al medio ambiente y yo quiero que la Tierra siga existiendo, si no no voy a poder hacer free».

El freestyle es su vida, sin embargo, tiene otros talentos, como la música. «Canto muchos melódicos, pero con el tema del hip hop y el rap me gusta escribir, tengo mis canciones, pero más con mis amigos, no es para dedicarme a la música. Mi trabajo es el freestyle, la música lo hago por hobbie. El que mucho abarca poco hace, entonces yo estoy de lleno en el freestyle».

¿Cómo te ves de acá a diez años?

«Me gustaría ser reconocida mundialmente en el freestyle, tener un nivel que sea uno de los mejores del mundo, esa es mi motivación.»

No obstante, Sole tiene una meta más cercana, a principios de noviembre hizo paracaidismo y le encantó la adrenalina, por lo que ya está planeando llevar al freestyle a otro nivel, en el aire. «Hablé con mi amigo, el que me llevó a tirarme, pero me dijo que son diferentes lugares. Pero sí tengo pensado hacer freestyle en un parapente. Yo ya lo quiero hacer».