La disputa por la Casa Blanca está al rojo vivo. La paridad que muestran las encuestas entre Kamala Harris, actual vicepresidenta y candidata por el Partido Demócrata, y el expresidente republicano Donald Trump configuran un escenario de alta tensión política en un país atravesado por la violencia y la polarización.
La semana pasada fue el primer debate televisivo entre ambos candidatos, en donde el magnate ultraconservador atacó con mentiras a los inmigrantes, particularmente a la comunidad haitiana, utilizando una noticia falsa que tuvo repercusión mundial y generó consecuencias inmediatas. Días después, un hombre armado intentó asesinar a Trump en su campo de golf en Florida, situación que aprovechó para cargar contra el presidente Joe Biden y la candidata Harris.
«En Springfield se están comiendo a los perros, los inmigrantes se están comiendo a los gatos, se comen a las mascotas de las personas que viven ahí», exclamó Trump respecto a la comunidad haitiana, ante la mirada atónita de los presentes, en el debate del martes 10, que tuvo lugar en Philadelphia, estado de Pensilvania. Inmediatamente, lo interrumpió uno de los periodistas moderadores, David Muir: «ABC News contactó a las autoridades de Springfield. Nos dijeron que no hubo reportes creíbles de denuncias por daño a mascotas atacadas o abusadas por parte de la comunidad migrante», respondió Muir, a lo que el expresidente alegó: «He visto gente en televisión, la gente en televisión dice que les sacaron las mascotas para usarlas para comida».
Esta escena, de gran elocuencia para comprender el fenómeno de la posverdad y las noticias falsas que caracteriza este momento histórico, no fue en absoluto un error o un desliz. La campaña de Trump sabe que explotar el miedo a los migrantes por una parte importante de la población es uno de sus principales activos políticos. De hecho, tras el debate y en medio del escándalo que generaron las afirmaciones del magnate, su candidato a vicepresidente, JD Vance, confesó que fue un invento. En declaraciones al programa «Meet the Press» de la cadena CNN, Vance sostuvo que si tenía que «crear historias para que los medios de comunicación estadounidenses presten realmente atención al sufrimiento del pueblo estadounidense, eso es lo que voy a hacer», y añadió: «Digo que estamos creando una historia, lo que significa que estamos creando que los medios de comunicación estadounidenses se centren en ella. Yo no he creado la llegada de 20.000 inmigrantes ilegales a Springfield gracias a las políticas de Kamala Harris. Sus políticas lo hicieron. (…) Pero sí, nosotros creamos el foco real que permitió a los medios de comunicación estadounidenses hablar de esta historia y del sufrimiento causado por las políticas de Kamala Harris».
Las consecuencias no tardaron en llegar. En Springfield, localidad de Ohio, de 60 mil habitantes a donde llegaron unos 10 mil haitianos en los últimos años, varias escuelas y edificios debieron cerrar por amenazas de bomba en los días posteriores a la noticia falsa difundida por Trump en pleno debate televisivo. Incluso, la principal casa de estudios de la zona, la Universidad de Wittenberg, anunció «precauciones extremas» por amenazas luego de recibir un correo electrónico que anticipaba un tiroteo en el campus, en un mensaje «dirigido a miembros haitianos» de la comunidad. Mientras tanto, en declaraciones en un encuentro con medios, Trump afirmó que su plan para realizar «la mayor deportación de la historia del país», en caso de convertirse nuevamente en presidente, comenzará por Springfield, con destino a Venezuela.
La noticia falsa contra la comunidad haitiana no fue la única que lanzó Trump en el debate. «Su candidato a vicepresidente dice que el aborto en el noveno mes está bien. También dice que la ejecución luego del nacimiento (es una ejecución, no un aborto, porque el niño ya nació) está bien. Y eso no está bien para mí», le dijo a Harris. En ese momento, la otra periodista moderadora del debate, Linsey Davis, respondió que «no hay ningún Estado en este país en el que sea legal matar a un bebé luego de nacido», y le preguntó a la vicepresidenta cuál era su respuesta. «Como dije, escucharán un montón de mentiras, y eso no me sorprende», afirmó Harris. «Les prometo que cuando el Congreso apruebe un proyecto de ley para volver a poner las protecciones de Roe vs. Wade como presidenta de Estados Unidos voy a firmar con orgullo para que sea ley».
Días después, el domingo 15, una nueva escena de violencia paralizó a la política estadounidense. Ryan Wesley Routh, un hombre de 58 años con antecedentes penales, se dirigió armado con un rifle AK-47 al campo de golf en el cual se encontraba jugando Trump, en West Palm Beach, Florida, y alcanzó a realizar disparos antes de ser detenido. En un comunicado emitido luego de los acontecimientos, el exmandatario afirmó que «hubo disparos cerca de mí, pero antes de que los rumores comiencen a salirse de control, quiero que escuches esto primero: ¡Estoy a salvo y bien!». Trump agregó: «Nada me detendrá. ¡Nunca me rendiré! Siempre los amaré por apoyarme. Unidad. Paz. Hacer a Estados Unidos grande otra vez. Que Dios los bendiga». Por supuesto, el magnate ultraconservador también aprovechó para cargar contra el presidente Biden y la candidata Harris. «Él creyó en la retórica de Biden y Harris, y actuó en consecuencia», dijo respecto de Routh en declaraciones a Fox News Digital.
Este martes 17, Trump retomó la campaña con nuevos ataques a las figuras demócratas, mientras que Harris llamó al expresidente y mantuvo una «cordial y breve» comunicación telefónica. «Le dije lo que he dicho públicamente: no hay lugar para la violencia política en nuestro país», afirmó posteriormente la candidata oficialista, en una entrevista con la Asociación Nacional de Periodistas Negros (NABJ).
Mientras el mundo contiene la respiración por el derrotero de la decisiva contienda electoral en Estados Unidos, Harris sumó recientemente el apoyo público de artistas como Billie Eilish y Taylor Swift, una de las cantantes más populares del país, que puede servir para movilizar al electorado demócrata (cabe recordar que las elecciones en Estados Unidos, además de ser indirectas, no son obligatorias). «Creo que es una líder de mano firme y talentosa y que podemos lograr mucho más en este país si nos guía la calma y no el caos», afirmó Swift en un comunicado. «Me sentí muy alentada e impresionada por su elección de compañero de fórmula @timwalz, quien ha estado defendiendo los derechos LGBTQ+, la fecundación in vitro y el derecho de la mujer sobre su propio cuerpo durante décadas», agregó la estrella pop y llamó a sus seguidores a inscribirse para poder votar.
Asimismo, Harris recibió el apoyo de Dick Cheney, nada menos que el exvicepresidente del republicano George W. Bush. «En los 248 años de historia de nuestra nación, nunca ha habido un individuo que sea una mayor amenaza para nuestra república que Donald Trump», dijo Cheney, una afirmación que deja entrever el punto de inflexión histórico en que se encuentra la potencia norteamericana de cara a las elecciones que muchos consideran como la más importantes de su historia.