Afganistán, la tierra olvidada

Desde 2001, cuando Estados Unidos inició su campaña contra el terrorismo para buscar a Osama Bin Laden, el supuesto enemigo número uno de la Casa Blanca, Afganistán es el blanco principal en su apuesta por intervenir Medio Oriente. Este país fue desalojado del Talibán al poder, y reestructurado su Estado mayor se pensó que llegaría la paz, pero no fue así. Miles de bombardeos diarios para atacar a los terroristas y así querer dejar libre el camino a las nuevas autoridades solo trajo más y más violencia.
Este viernes en la capital Kabul se produjo un brutal atentado en una mezquita de la ciudad. Según las fuerzas de seguridad, el atentado se produjo a las 11:15 (hora Argentina), donde los fieles que rezaban se encontraban en la misma. El número estimado de victimas es de 30 personas fallecidas y varios heridos. El ataque se habría producido con una persona que llevaba explosivos debajo de su ropa y esto habría sido la causa de semejante daño. Las fuerzas de seguridad local aún trabajan en el área para remover escombros aunque no creen encontrar más víctimas fatales.
Este ataque reciente se suma a una oleada que data desde principios de semana en la que, además, a través de medios internacionales se ha confirmado el incremento de los bombardeos de Estados Unidos sobre Afganistán.

Varios ataques en una semana

Por eso, tenemos que hablar de lo sucedido el último jueves 19 de octubre en la ciudad de Kandahar en el sureste de Afganistán, donde en un ataque suicida del Talibán se produjo la muerte de, al menos, 45 soldados afganos. En una base militar donde se encontraban alrededor de 80 soldados se produjo una ofensiva de los talibanes. En el transcurso del día, donde los atacantes intentaban tomar la base, fueron reprimidos por las fuerzas locales con ayuda de los Estados Unidos y, como táctica final, los talibanes decidieron atacar con camiones suicidas llenos de explosivos. El resultado fue de 43 soldados muertos y más de 40 heridos.
Pero, para no quedar en menos, el pasado martes 17 de octubre también se había producido otro ataque talibán, y esta vez el blanco fue una estación policial local en la ciudad de Gardez, la cual resultó severamente dañada. Según las fuentes oficiales de la policía, el saldo fue de 53 policías muertos por un acto suicida con explosivos. Además de los fallecidos se suman más de 20 heridos y graves destrozos edilicios.
Como podemos vislumbrar, la semana ha sido infernal para Afganistán y, como si no bastase, se nota un incremento de violencia de los talibanes: los que estuvieron en el poder hasta 2001, de aquellos que vimos destruir la historia cuando acababan con las ruinas milenarias que se ubican en aquel país. Será una nueva ofensiva de los talibanes por querer retomar el poder y tendrán algún apoyo externo, porque podemos concluir que reciben armamento pesado para poder realizar estos ataques. De lo que sí estamos seguros es que a partir del 2001 los talibanes ya no están en el poder y la intervención ha sido un rotundo fracaso para lograr paz.
Al finalizar esta edición también se producía un atentado en una mezquita en la provincia de Ghor, en el centro de Afganistán, con al menos 10 muertos. Aún se esperan cifras oficiales por este nuevo suceso terrorista.