Sin prensa no hay libertad

Este miércoles, organizaciones sociales de migrantes agrupadas se manifestaron de manera pacífica en la Avenida 9 de Julio para reclamar contra el ajuste y la falta de comida en los barrios. Poco duró su grito, ya que fue callado con balas y represión policial. Ante el hambre, la represión. Una vieja doctrina que se repite, porque cuando un gobierno solo le aumenta el sueldo a las fuerzas de seguridad, arenga y los aplaude, incluso, hasta ofreciendo impunidad, lo que están reproduciendo es la guerra del pueblo contra el pueblo. La indiferencia de algunos sectores que aplauden estas medidas solo agravan la situación. El hambre, la peor de todas las violencias, esa que sufren los barrios, las villas, los migrantes y los refugiados.

Migrar y luchar es un derecho

En medio de la represión también sufrió la prensa, los profesionales que trabajan en derechos humanos y que fueron llevados a rastras para que nada fuera registrado. Pero en este mundo globalizado y lleno de cámaras de teléfonos móviles, quedó registrado el momento en que Carlos Guerra, fotoperiodista colombiano de la Secretaria de Trabajadores Migrantes, fue detenido y, ante este hecho, se exige la inmediata libertad.

Desde la Secretaría de Trabajadores Migrantes y Refugiados demandan la liberación inmediata de su compañero Carlos Guerra, quien se encontraba desempeñando su labor como fotoperiodista en la Jornada Nacional de Lucha convocada por las organizaciones sociales y políticas, para denunciar la crisis social y económica que afecta al pueblo.

La violencia con la que las «fuerzas de inseguridad» reprimieron y detuvieron a compañeras y compañeros que ejercían el legítimo derecho a manifestarse contra el hambre y la respuesta del gobierno de Javier Milei frente a la crisis alimentaria es el ajuste, la entrega de recursos estratégicos, el uso de gases y balas, y la represión.

Como trabajadores migrantes organizados, continuaremos defendiendo nuestro derecho a luchar por todas nuestras reivindicaciones, tal como lo hemos hecho históricamente, como parte de este pueblo que elegimos para vivir y luchar.