Viaje a la cabeza de "El Jardín de Bronce"

Después de doce años, HBO Latinoamérica volvió a grabar en Argentina junto a la productora Pol-ka. «El Jardín de Bronce» se estrena este 25 de junio y la serie está basada en la novela del mismo nombre de Gustavo Malajovich, quien también trabajó como guionista del proyecto.
Además el arquitecto, profesor y escritor argentino trabajó como guionista en proyectos como «Los Simuladores» y «Todos contra Juan», entre muchos otros, y hoy le toca formar parte fundamental como autor de lo que está por llegar a la pantalla de HBO. Por eso tuvimos el gusto de realizarle en forma exclusiva una breve entrevista.
Para empezar a hablar de la novela, que está por estrenarse en forma de serie, me interesaría saber:

¿Cuál fue el detonante en tu mente para la idea de la novela?

«Yo tenía muchas ideas guardadas en archivos de PC, una de ellas era para una posible novela. Era una idea muy simple de enunciar: ‘Un padre pierde a su hija de cuatro años en el subte, no logra encontrarla, pasan días, la angustia crece. La niña no aparece. El padre, con horror, entiende que a su hija no la perdió, se la llevaron. Y también entiende que nadie en el mundo podrá ayudarlo. Que solo él deberá buscar a su hija’. Ese era el planteo. Le conté al editor el resto de la historia y le gustó. Lo demás fue sentarse a construir la novela.»
Me voy a referir a cuando comenzaste el proceso de escritura, qué tan clara estaba la estructura, el final, los acontecimientos y demás o cómo fueron surgiendo.

¿Cómo descubriste tu historia?

«La primera fase fue escribir un tratamiento de la novela. Se le llama también outline. Es un relato de todos los momentos dramáticos de la novela. Ahí queda una estructura base para empezar a escribir. Durante la escritura cambian cosas, surgen nuevas ideas, se reacomodan elementos. Pero la base sigue estando, es como pasear o tomar atajos desde un camino ya conocido. Muchos puntos de trama surgen de golpe, quién sabe de dónde. Pero muchas veces esas ideas son fuertes y la intuición te dice que te agarres a ellas… y lo hacés.»
Sería interesante conocer cuánto tomó cerrar la historia y sentir que ya habías terminado.

¿Hasta qué momento reescribiste?

«Escribía por la mañana muy temprano, sin parar, sin corregir el tipeo. Luego, a la tarde, corregía y pasaba en limpio. No hubo mucha reescritura, salvo la omisión de algunos pasajes que juzgué excesivos (descripciones, historias aleatorias).»

¿Te sentís con ganas de repetir la experiencia como novelista?

«Me siento con muchas ganas de seguir escribiendo en el terreno literario. Tengo varias ideas de novelas, algunas autónomas y otras que pueden generar series de novelas. Y sigo con proyectos en mente para cine y TV, esos siempre están. Ojalá algunos encuentren su cauce.»
Gustavo Malajovich cuenta con una amplia experiencia como guionista, por eso también es importante conocer su experiencia y formación.

¿Tuviste algún tipo de asistencia de alguien que escribiera narrativa o te lanzaste de forma autodidacta?

«Durante años fui autodidacta. Luego cursé tres años en una escuela de cine llamada Aquilea, que duró unos años. Allí, una de las áreas era guión. Luego yo terminé por dar clases de guión y empecé a formarme como docente.»

¿Te sentiste más cómodo a la hora de traspasar el formato de la novela para la serie?

«Con respecto a esta pregunta, elegí pasar la novela a serie porque me da más seguridad para trabajar todo el material de la novela con más margen. Pero pasar la novela a un largometraje también sería un desafío atractivo.»
Es inevitable que cierto público lector vaya a comparar el material de la novela con el material en la serie.

¿Con qué se va a encontrar este público?

«Se van a encontrar con una adaptación muy fiel al argumento de la novela, pero con cambios que no esperan y ángulos distintos desde donde se cuenta el relato. Creo que será divertido comparar todo el tiempo los dos relatos, reconocer similitudes y variaciones entre los dos.»
Antes de culminar la entrevista, Gustavo relata sus experiencias con diversos materiales, algunos salidos de su imaginación (como un guión original) o trabajos en equipo.

¿Ya habías tenido la experiencia de trabajar un material puramente propio como ahora?

«Mis experiencias como guionista fueron siempre grupales. En algunos proyectos escribí guiones solo, pero dentro de un grupo de trabajo que se los repartía. Este el primer caso en donde algo muy controlado por mí, la novela, se convierte en proyecto visual.»
Por último, le consulto sobre la comparación de esta experiencia con las anteriores al escribir cosas textos como los de «Los Simuladores» o «Todos contra Juan»…

¿Qué similitudes y diferencias podés ver entre trabajar con un material íntegramente tuyo y trabajar con el material de base de alguien más?

«La diferencia entre trabajar con material propio o de otro tiene que ver con el rol que debés ocupar. Si es tu material, vos sos el capítán del barco, más allá de la cantidad de tripulación que te ayude. Vos tenés, o deberías tener, la opinión final. Es el rol de creador de la serie, que en Estados Unidos se llama showrunner. A veces ese showrunner es también guionista y a veces no, pero genera el mundo de la serie con todos sus detalles e interviene y revisa cada guión.»