A los tiros

¡Volvió Gareth Evans! «¿Quién?», se preguntará alguien. Bueno, es el mismo que hizo esa maravilla del cine de acción de los últimos años llamada «La redada» («The Raid», 2011), cuyo impacto hizo reformular algunas configuraciones del género.

Las expectativas ante un regreso a la pureza de su estilo eran enormes, su devenir posterior al éxito de «La redada» (y de su secuela) lo llevaron a naufragar en las turbulentas aguas de la antología «VHS» y al mundo de las series más anodinas. Entonces, que Evans retomara el rumbo de películas de acción era, al menos en la teoría, un motivo de esperanza. La primera lectura que puede hacerse de «Estragos» («Havoc») es que no perdió en absoluto el pulso para el desenfreno de los tiros, las peleas y las persecuciones más aceitadas (y aceitosas).

Tom Hardy -en una faceta cansina del uso de su cuerpo y de su rostro- es un detective corrupto de una «no ciudad» con un trabajo de medio tiempo para un empresario con ambiciones políticas. El manual del policía duro estereotipado que está distanciado de su esposa, pero que el deseo de recomponer un lazo con una hija le imprime algo de humanidad, no tarda mucho en ponerse a centímetros de nuestro rostro. Su vida termina de pudrirse cuando un negocio entre bandas rivales termina con la muerte del hijo de una mafiosa, en la piel de la malaya Yeo Yann Yann, quien compone una verdadera villana temible.

Para Evans, el merodeo por el cliché es una necesidad, hay que pasar por esta calle para llegar al punto neurálgico que verdaderamente le interesa, que no es más que el despliegue visual de todo un arsenal de destrezas coreográficas, de su cámara tanto como de sus intérpretes. La secuencia de la disco solo tiene un defecto: no puede ser disfrutada en una sala de cine. La acción en esos minutos ofrece un espíritu de cómic sin ser una transposición de absolutamente nada más que la mente de Evans, allí convergen para una estética propia un correcto uso de los colores, coreografías y -sobre todo- presencia física. «Estragos» es un buen equilibrio entre la acción clásica y la pretendida modernidad impuesta en el género a través de nuevas técnicas formales. Incluso nos da unas pequeñas yapas, el caso de la presencia de un maduro Timothy Olyphant en plan policía corrupto clásico. Lo importante: Gareth Evans está en plena forma.

«Estragos» («Havoc») estuvo escrita y dirigida por Gareth Evans, contó con las actuaciones de Tom Hardy, Timothy Olyphant, Jessie Mei Li, Yeo Yann Yann, Justin Cornwell y Forest Whitaker. Puede ver en la plataforma Netflix.