Activos buscadores: entre pasado y presente

La concepción del tiempo que se instauró en la sociedad es un mecanismo de presión. Nos preocupamos constantemente por nuestras metas: sueños poseedores de una apariencia muy definida que, sin embargo, ya lo sabemos, no necesariamente se cumplirán exactamente de la manera en que los imaginamos y, aunque así sea, pareciera que, en muchos casos, la juventud es un requisito para poder disfrutarlos “a plenitud”. Pero: ¿qué significa esto de ser joven? ¿Realmente tiene que ver con la edad, la apariencia, la actitud? Los avances de la tecnología y la ciencia (además de la importancia del mundo espiritual, fortalecida en esta era) nos advierten que a los cincuenta seguiremos siendo “jóvenes”.

De ser así, es evidente que los miedos que nos invaden sobre si seremos capaces no solo de alcanzar nuestros sueños sino, además, de gozar de ellos a plenitud, deberían ser exorcizados, vetados de nuestro eterno presente. Porque sí, podría ser saludable para la ansiedad contemporánea trabajar en pos de modificar nuestra concepción del tiempo y, sobre todo, nuestra participación en su desarrollo, porque el viejo adagio “más vale tarde que nunca”, en el complejo Siglo XXI, tiene una connotación completamente diferente. Cada día es mucho más cercana una adultez en la que los años solo fortalezcan la capacidad que tenemos de construir nuevos horizontes.

Así doy inicio a las recomendaciones de esta semana en las que, como siempre, incluyo referencias que en nada tienen que ver con la actualidad, porque para ayudarnos a deconstruir la preocupante obsesión por “lo nuevo” -una mentira ya que nada verdaderamente lo es-, me parece importante valorar y disfrutar del pasado. Empecemos.

Qué hay de moda

Hablando sobre el tiempo, me pareció atinado recomendarte el fashion film de la firma Moschino titulado «Lightning Strikes: The Moschino Musical», dirigido por el talentoso y original Jeremy Scott quien, evidentemente, también es el diseñador de la colección. En la producción se presentan looks coloridos inspirados en las décadas de los 50′ y los 70′. Diseños alegres que invitan a celebrar la vida a través de estampados de huevos fritos, tocados de crepes con miel y zapatos cuyos tacones tienen la forma de un recipiente de pimienta y sal.

Un viaje hacia el pasado que nos recuerda a la cafetería de la película «Grease» (1978), en el que “lo viejo” nunca se vio mejor.

Qué hay de cine

En este apartado te recomiendo ver la famosa trilogía «Tres colores» (1993/1994) del director y guionista polaco Krzysztof Kieślowski. Películas en las que se narran tres historias diferentes donde los hilos conductores son las complejidades de los vínculos humanas en relación a las justicia. Cada film lleva el nombre de un color específico (azul, blanco y rojo) y, al ser vistas de manera cronológica, se evidencia un notable cambio en la utilización de los recursos narrativos. Uno de los más evidentes es el uso de la cámara en «Rojo» (1994), ya que esta se mueve en múltiples ocasiones de manera ágil. Por ejemplo, al inicio del film, la cámara nos guía por un recorrido visual que atraviesa paredes, explora debajo del agua y se desliza por un pasillo con tuberías en el techo, hasta llegar a lo que será la primera escena de la película.

Pasaron más de veinte años desde que la trilogía fue estrenada, y el tiempo las convirtió en referentes del cine europeo. Otro ejemplo de que se puede envejecer de la mejor manera, tanto que en realidad y, evidentemente en sentido figurado, no se envejece en lo absoluto.

Qué hay de arte

Otro referente en el mundo del arte que no deja de maravillar a las nuevas generaciones es «El Jardín de las delicias», un tríptico que al abrirlo retrata tres escenarios distintos. En el postigo derecho se contempla el paraíso, uno en el que desde el principio se ven alimañas acechando, el la tabla central se contempla un hermoso jardín con ríos y lagunas en el que los animales, la vegetación y los seres humanos viven en una continua algarabía y celebración. En dicha pieza central, los cuerpos están desnudos y en posiciones sugerentes. Toda una metáfora sobre el erotismo y la lascivia, mientras que en el cuadro final representa el infierno, un lugar en donde el fuego y el hielo son símbolos de las condiciones extremas a las que son expuestos los seres condenados por pecadores. La raza humana es esclava de los demonios y bestias que habitan el averno.

Dicha pieza fue realizada por el neerlandés Jheronimus Bosch (el Bosco). Su fecha exacta de su culminación es incierta, pero se piensa que fue pintado entre los años 1500 y 1505. En la actualidad se encuentra en el Museo del Prado.

Si no te detuviste a observar la obra con detenimiento, este es el momento indicado. No tiene desperdicio.

Qué hay de música

Para cerrar con una manifestación artística más actual, te recomiendo que escuches el nuevo tema de la cantante danesa MØ llamado “Kindness”. En el video musical se le puede ver vestida con un estilo punk compuesto por una maxi remera construida a partir de retazos de tela negra, con algunos estampados rojos y una red oscura. Dicha remera también cuenta con aplicaciones de tela que cuelgan.

Aunque trato de ser lo más preciso posible, en realidad, es casi imposible determinar la forma exacta de la prenda, mientras que sus piernas son cubiertas por una calza negra intervenida con cutouts ovalados en los laterales. Podría decirse que son una reinterpretación de lo que eran los jeans rotos para el arquetipo de la rocker rebelde en los años 70′. Bien pensado, MØ.