Bomba de creatividad y comunicación

Casi sin darnos cuenta, comenzó el primer sábado del segundo mes de la temporada de verano. Febrero llegó con todo en el mundo del arte, con obras que nos harán reír, emocionar y reflexionar. Eso logró «La Bomba», espectáculo creado por Juan Paya y dirigido por Gabriel Villalba.

Mucho puede decirse de la obra, que es en sí misma una bomba de tiempo. Es una bomba de inteligencia. Es una bomba de comunicar, entretener y divertir a la vez. Una verdadera genialidad que osa romper con la cuarta pared. Es verdad que la atraviesa, pero de un modo tan sutil y tangencial que evita la distracción del público, trayéndolo nuevamente al foco de la escena.

Hay públicos para todo, pero a los amantes de las luces, sonido y escenografía se les debe aclarar que en esta obra el espectador debe, desde el momento que toma asiento, potenciar sus sentidos. Desde la escenografía en una oficina, tan real que duele, el uso de los elementos -se usa cada uno de ellos y con una función específica- hasta la iluminación, que denota el exhaustivo trabajo del realizador a la hora de contextualizar lugares, situaciones y climas. Además del efecto de la voz en off de la locutora, que aporta de a ratos a la historia, o del personaje que intenta ayudar. Todo está magistralmente pensado. Nada está hecho al azar. El espectador se siente cuidado al ver una obra de tanta calidad y hecha con tanta calidez.

Otro tipo de público es aquel que disfruta del arco dramático de la escena. Es decir, de la historia, más allá de la artística que lo acompañe. Para esos espectadores, la buena noticia es que la misión está claramente cumplida. O al menos hecha con claridad. Así es, se habla de la misión dramática de la obra, no de la misión de los personajes durante los ochenta minutos. Para ello habrá que ver el espectáculo, cuyo final sorprenderá no solo en la resolución del conflicto sino en su momento exacto. ¿Podrían haberlo solucionado antes? Queda eso ya en el “gusto del consumidor”, como se suele decir.

No fue inusual, sin embargo, cómo a través de la comicidad se soslayan comentarios de la política argentina, el sistema de empleo en nuestro país, el concepto de ética e, inclusive, inconscientes colectivos referidos a visiones de otros países. Todo eso a partir de comentarios realistas, donde el espectador termina aplaudiendo luego del comentario, como indicador de un sublime «¡tiene razón!».

Respecto a la obra, estimados amantes del teatro, es importante comentar que Zulema (una señora de 60 años creída de la high society con estándares dudosos de ética) y Marcelo (un oficinista casi cuarentón en su primer día de trabajo) se quedan encerrados juntos en una oficina con una bomba y 10 millones de dólares. Ellos tienen que decidir si utilizan el poco tiempo que les queda para desactivar el artefacto explosivo o escapar con el dinero. ¿Héroes o villanos? ¿Estafadores o lentos? Queda pendiente esa sensación en cada espectador para cuando el telón se baje.

Esta bomba de creatividad e ingenio está activa en el teatro Multiescena los días sábados a las 22:30 horas. Podés adquirir las entradas para la experiencia a través de plateanet.