Procedente de la última edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI) -antes había pasado por la Berlinale, oportunidad en la que se alzó con el Teddy Award-, actualmente en cartel en salas y próxima a desembarcar a fin de mes en la plataforma MUBI, «Caminos Cruzados» («Crossing» su original) de Levan Akin, nos sumerge en el universo de Lía (excelente Mzia Arabuli), que hizo la promesa a su hermana ya fallecida que iría en búsqueda de la hija de esta, de quien nada se sabe hace mucho tiempo.
Es allí que, junto a un joven que afirma saber de su paradero, se embarca hacia Estambul, en procura de rastros que permitan identificarla.
La descripción del entrecruzamiento de personajes, como así también de la adaptación de los mismos durante el trayecto y posterior llegada, constituye uno de los puntos fuertes del relato, con tomas de grandes panorámicas que contrastan con la intimidad de esos seres desprotegidos y expectantes.
Al promediar el film se suma un tercer personaje, igualmente atractivo y convocante, una abogada trans, defensora de los derechos de identidad de género, acaso la proyección de la sobrina de Lía. Juntas, desarrollarán un interesante vínculo, que impactará en estas almas en estado de gracia.
Es como si la vida, en esos instantes de intensidad, se potenciara a fuego, torneando en los pliegues de estos seres errantes sus sentidos vitales a su máxima expresión, rodeándolos de esta hipnótica naturaleza.
Cine en estado de absoluta pureza, «Caminos Cruzados» se yergue como un registro implacable y potente de la identidad humana.