Cuidado con los ojos

Dentro de la Competencia Internacional del 36° Festival de Cine de Mar del Plata se presentó «Espíritu sagrado», la ópera prima del español Chema García Ibarra, una obra que se mete de lleno en un problema muy vigente: la búsqueda de respuestas en lo esotérico, los grupos sectarios y el potencial peligroso.

Por un lado, la desaparición de una niña en Elche y, por otro, un pequeño grupo de personas que pertenecen a una secta ufológica llamada OVNI Levante, regida por la astrología, la numerología y la conspiranoia cuyo líder, además dueño de una inmobiliaria, fallece repentinamente. Estas dos líneas se presentan con una puesta en escena que podemos reconocer como «rejtmaniana» o asociada con Luis Buñuel, la comedia hace base en la expresión monocorde y, desde allí, resalta los detalles absurdos, la incoherencia, y se apropia de lo que se presupone inorgánico.

José Manuel «hereda» las responsabilidades del líder y es, a su vez, el tío de la niña desaparecida llamada Vane y su hermana gemela, Vero. A través de él confluyen el costado de ciencia ficción y la trama policial, el grupo parece acercarse a un momento de revelación y de la niña no hay rastros… ¿hay una conexión posible? ¿Sería terrenal o sobrenatural?

El punto de vista se distancia de los personajes y los expone en su irracionalidad insostenible, aparecen personajes como «facilitadores astrales» o «escultores de emociones» con discursos muy reconocibles en el mercado contemporáneo de la superación personal y la búsqueda del trascender espiritual. También hay personajes creyentes, médiums y clarividentes, obsesionados con el ojo de la providencia… todos fascinantes y, a priori, llenos de características risibles.

Pero la película, progresivamente, espía a través de la cortina nebulosa en la que están sumergidos los personajes para avispar la percepción de estos fenómenos y la forma en que calan las prácticas new age y las pseudociencias en las dinámicas de las fake news, los algoritmos y las redes sociales. Algo que podemos ver, sin ir más lejos, en el crecimiento del pensamiento terraplanista o, cuanto menos, el crecimiento de su exposición.

Dicen que los magos manipulan la atención de los espectadores, algo así como una estrategia distractora hasta el golpe de efecto en el desenlace del truco, y Chema García Ibarra hace algo así. Es fácil, y hasta recomendable, dejarse llevar por la narración sin buscar los hilos. Lo cierto es que no se ven y uno de los valores de la película es su forma impredecible y la excelsa progresión dramática que la convierten en una obra sorprendentemente consagratoria para ser inicial.

Un comentario sobre “Cuidado con los ojos

Los comentarios están cerrados.