«Decir que el arte no es esencial es ofensivo»

Conversamos con José Restrepo, actor de cine, teatro y televisión de Colombia, que su fama trascendió las fronteras y llegó a la Argentina de la mano de la película «Malcriados».

El artista relata que su vocación surgió «como alejado de la consciencia, me hace preguntarme si existe el destino, porque era inevitable que yo fuera actor porque desde muy chiquito, antes que tuviera uso de razón, mi mamá escribía obras de teatro y me ponía a actuar en frente de toda la familia, así como en Navidad y en las Novenas, fue algo muy orgánico esto y no pude escapar de esta profesión».

José estudió actuación en México, expresó que fue al país centroamericano «para buscar nuevas oportunidades en su carrera y por una cuestión personal-sentimental», ya que conoció a su pareja y madre de su hija, en el primer año de la escuela de teatro, y como ella tenía un contrato para ir a modelar a Australia, y faltaba mucho a la escuela, no la iban a dejar seguir y a él sí. Por lo tanto, le propuso que se fueran juntos a México, ya que ella «tenía familiares y hermanas también, así podíamos hacer algo diferente allá, pero principalmente fue para quedarnos juntos que fuimos a México».

«Buscar mi propio camino y arriesgarme a tomar las decisiones que a uno le dice la barriga, como el instinto, haber tomado la decisión de irme con María, la persona que amo, a buscar mis sueños, también me preparó para tomar decisiones difíciles en el futuro, que hay mucho de eso cuando uno escoge una carrera artística», afirma José, en relación al mundo de la actuación. Restrepo relata que las primeras experiencias en series de televisión lo transitó como un aprendizaje «en este tipo de trabajo uno tiene que estar con la cabeza como de un estudiante, siempre llevando como el maletín y las notas para tomar apunte y siempre mejorar».

«Cada escalón de mi carrera lo agradezco por todo lo que he aprendido y por las experiencias tan chévere que he tenido», narra José sobre el paso por las series televisivas, que compartió con grandes actores de trayectoria. En relación a su primer sueldo en la serie «Niñas Mal», le sorprendió la cifra de su sueldo e invitó a su novia a comer sushi, y posteriormente le informaron que ese era el sueldo de un mes, y tenía cuatro más, por lo tanto, Restrepo comenta que fue como ganarse la lotería.

En el año 2016, Restrepo fue nominado a los premios Macondo como mejor actor de reparto por su personaje de Charly en la película «Malcriados» del director Felipe Martínez Amador. En relación a la nominación, afirma que «trata de no poner mucha atención en eso, y para mí ya es un premio haber trabajado en esa película tan bien hecha y haber trabajo con Felipe Martínez, conocer al director, que hemos entablado una relación, que ya llevamos más de cinco proyectos juntos». «El premio fue haber participado de este nuevo cine colombiano, esa nueva comedia colombiana que es mucho más fina, no es que antes no lo fuera sino que ahora entendemos mucho más el lenguaje cinematográfico y esta es la comedia que me gusta, la de situaciones divertidas y no personajes caricaturescos, y con buenos actores», expresa José.

En relación a la pandemia, Restrepo afirma: «Siento que estábamos pasando de una dimensión a otra, porque fue todo muy intenso». «Pasé por depresión absoluta y luego encontraba algo de iluminación interior y después me volvía y caía, y me decían que tenga paciencia». Además, expresa «que todos los sentimientos que puede tener como humano los tuve en el 2020: impotencia, angustia, ansiedad». Enfatiza que «a uno en los medios artísticos lo cataloguen como no esencial es una patada en las bolas, es algo ofensivo, es un oficio que existe desde que somos humanos, los primeros registros en los que uno puede decir son humanos y no simios, es cuando empezamos a pintar en las paredes, a cantar mientras caminamos, que le digan a las personas que el arte no es esencial es ofensivo y no es verdad». «El mundo se mueve porque las personas salen a cumplir su sueño, salen a comerse ese pedacito de mundo que tienen derecho a comerse», señala Restrepo.

Artículo elaborado especialmente para puntocero por Fernando Otondo.