Documentales argentinos en Cannes

El Festival Internacional de Cine Documental de Buenos Aires (FIDBA) presentó en Cannes Docs los nuevos filmes de Lorena Muñoz, Juan Martín Hsu, Sandra Gugliotta y Theo Montoya, una serie de documentales argentinos con una mirada global.

De los 32 proyectos presentados por 8 festivales y organizaciones de diferentes países, la coproducción entre Argentina y Colombia «Anhell69» de Theo Montoya fue premiada este año en Cannes Docs, además de ser seleccionada para participar del IDFA Forum 2020, el mercado más importante de cine documental a nivel global.

Este año y como ocurrió en 2019, cuatro filmes documentales de Argentina fueron exhibidos en Marché du Film que se realizó del 22 al 26 de junio de manera online. El principal objetivo de esta acción fue potenciar las películas documentales de nuestra cinematografía y proporcionar a cineastas y productores herramientas para poder continuar sus proyectos más allá de la crisis de COVID-19.

Al respecto, FIDBA se asoció con Cannes Docs online 2020 para celebrar el «Showcase FIDBA» que tuvo lugar el martes 23 de este mes como uno de los ocho showcase de diferentes países y festivales, con una participación inesperada para los organizadores: 268 compradores y programadores, agentes de ventas y distribuidores que participaron de la presentación de las producciones.

Para Pierre- Alexis Chevit, director de Cannes Docs, el showcase de FIDBA fue el que contó con más visitantes y viewers, que se multiplicaron a los largo de los cinco días del mercado. Se presentaron cuatro proyectos en estado de producción y work in progress, que participaron de las distintos espacios dentro de #Link, el área de industria de FIDBA, tanto en el laboratorio de proyectos (DocLab) como en el work in progress. «Estamos entusiasmados con la posibilidad de poder mostrar -un año más- una cuidada selección del cine de no ficción argentino. Habrá una presentación a modo de pitching a través de plataformas de streaming, y se presentarán cortes de diez minutos, y luego reuniones one to one para que cineastas puedan lograr sus objetivos, que en general apuntan a poder cerrar acuerdos de distribución y contactarse con agentes de ventas y festivales internacionales», expresó.

Estos cuatro futuros filmes comparten la característica de haber sido filmados en diferentes regiones del mundo (Taiwán, España, Colombia, Francia y Argentina) y es importante mostrar esta mirada global del cine documental de nuestro país como una forma de entender el mundo desde un punto de vista argentino y latinoamericano. Las circunstancias de la pandemia y la imposibilidad de viajar para cerrar la etapa de distribución impulsaron a los organizadores a seleccionar estos proyectos, porque son los que más lo necesitan, y pone en relevancia la diversidad de formas con temáticas universales, que van desde la problemática del trabajo, la violencia de género, la inmigración o la falta de futuro de las generaciones jóvenes.

La selección de estas películas, que fueron parte de #Link, el área de Industria de FIDBA, está conformada por las películas argentinas “El proceso” de Sandra Gugliotta y producida por Alejandra Marano con Ojo Blindado, y “La luna representa mi corazón” de Juan Martín Hsu y producida por Mariana Luconi (Protón Cine). A ellas se suman las coproducciones “Suerte de pinos” (Argentina, España) de Lorena Muñoz producida por Paula Zyngierman y Leandro Listorti (Maravillacine), y “Anhell69” de Theo Montoya producida por Juan Pablo Castrillón con Desvío Visual, 996 Films y Monogram Films (Colombia, Argentina, Rumania).

Por otro lado, se trata de realizadores con experiencia, con antecedentes en el cine de ficción como Juan Martín Hsu, Lorena Muñoz o Sandra Gugliotta. Un caso aparte es el de Theo Montoya, que debuta con esta ópera prima, una coproducción entre Colombia y Argentina cuyo corto «Son fo Sodom» es una de las pocas películas latinoamericanas en la Selección Oficial de Cannes 2020, un proyecto que logró el apoyo de fondos como el del Festival de Tribeca o el Bertha Fund de IDFA, el festival de Cine Documental de Amsterdam.

Los cuatro filmes presentados

«El Proceso» de Sandra Gugliotta. En 2019 se celebró un juicio histórico en París contra tres altos directivos de France Telecom por acoso moral, que cambió la forma de ver las relaciones laborales en el mundo. La cadena de suicidios generada por las políticas de recursos humanos de la compañía generó un debate en el sentido del trabajo. La película tiene el privilegio de poder registrar como único testigo todo lo ocurrido dentro de los tribunales durante el proceso.

«La Luna representa mi corazón» de Juan Martín Hsu. Luego de estar 10 años separado de su madre, en 2011 viajó por primera vez a Taiwán a visitarla y empezó a filmar el encuentro con la posibilidad de empezar una película. Durante la estadía, trató de hablar con ella sobre el asesinato de su padre, pero sin éxito. Ocho años más tarde, viajó otra vez con un objetivo: hacer un documental sobre los encuentros y sobre la muerte del padre. Al pasar las semanas, ella no tiene mucho más que contar y empieza a filmar desviaciones con unos cortos de ficción conectados con la experiencia en la isla. Finalmente, Hsu se da cuenta que no fue a filmar la historia de su padre sino la de su madre.

«Suerte de pinos» de Lorena Muñoz. Bosque de pinos. Un pueblo español detenido en el tiempo. Un ritual masculino tradicional celebrado durante años. Un femicidio. La directora regresa a la ciudad española de sus bisabuelos para indagar sobre una historia que siempre la eludió, y que ahora está comenzando a develar. Un oscuro secreto familiar que se mantuvo oculto durante mucho tiempo: el de «La Casa de España».

«Anhell69» de Theo Montoya. Una semana después de que el director hiciera un casting a varias personas de la escena queer para una película de ficción llamada «Anhell69», Camilo Najar, el elegido para ser el protagonista y de 21 años de edad, murió de una sobredosis de heroína. Como él, algunos de sus amigos más cercanos, y que fueron inspiración para el director, empezaron a morir a causa de las drogas o de ellos mismos. Mientras el director atraviesa la ciudad hacia un funeral, recuerda su pasado y el de sus amigos, en el contexto de una localidad del tercer mundo sofocada por la guerra. Un coctel de punk rock y vampiros modernos componen este documental neo-noir narrado por el director, quien intenta comprender la mentalidad de «no futuro» de su generación.