Estudiantes de la Universidad de Virginia, en Estados Unidos, se sumaron a la revolución que representa la impresión 3D y desarrollaron un drone que se puede materializar con esta tecnología.
El aparato, que pesa poco más de 3 kilos y medio, se bautizó como Razor y es capaz de soportar una carga de casi 2,5 kilogramos, lo cual no es mucho peso, aunque el punto a tener en cuenta no es la capacidad del drone sino que este puede imprimirse en solo 31 horas, la potencialidad de usos de esta creación y el avance que representa el «hágalo usted mismo» como nuevo paradigma en el ámbito industrial. Como ejemplo vale mencionar que hace pocos días fue noticia a nivel mundial (poco difundida en nuestro país) que la Administración Federal de Ingresos Públicos -AFIP- utilizó drones para sobrevolar countries y terrenos y descubrir evasores que tenían propiedades y piscinas sin declarar.
Pero volvamos a Razor. Su manipulación y control se realiza a través de un smartphone (utilizaron el Nexus 5 para el proyecto) y alcanza una velocidad máxima de 64 kilómetros por hora hasta un lapso de 45 minutos. Razor recibe órdenes hasta una distancia de 1,6 kilómetros y los materiales para su construcción rondan los 800 dólares. ¿Estamos ante el futuro del aeromodelismo?
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