El pasado 17 de febrero se estrenó en salas argentinas «Spencer», una nueva biopic dirigida por Pablo Larraín, quien ya había hecho «Jackie» en el año 2016. Esta vez propone una fábula para imaginar a Lady Di inmersa en una pesadilla real.
El cineasta chileno trabaja con Kristen Stewart como protagonista absoluta, la actriz (cuya imagen fue muy marcada por su trabajo en la saga «Crepúsculo») da un giro hacia una interpretación más desafiante, dado que tiene en este caso la responsabilidad de sostener casi todos los planos en una película que cuenta con apenas un puñado de personajes que aparecen a su alrededor y casi nulas escenas con diálogos e interacciones entre sí. Su trabajo defiende la nominación al Oscar en la categoría de mejor actriz, aunque vale mencionar que en escenas puntuales es reconocible la coreografía de sus movimientos y gestos, lo que evidencia demasiado el esfuerzo mimético.
La trama se tracciona exclusivamente por la construcción de su punto de vista durante la Navidad en la propiedad de la Reina en Sandringham. Durante unos pocos días, Diana encarna las fuerzas opuestas entre el «deber ser» vigilado por la realeza y una pulsión de libertad aún más fuerte.
Dentro de este relato se presenta también el trastorno alimenticio de la Princesa y se imagina, a su vez, un desorden mental con escapes oníricos que incluyen una proyección de Ana Bolena y el fantaseo con los recuerdos de su infancia. Es evidente que estos elementos se despliegan en una cornisa y la pregunta es hasta dónde puede hacer equilibrio antes de volcar y hacia dónde va a caer.
En cuanto a los aspectos formales, se destaca la composición musical que acompaña el drama interno de la protagonista, aunque en algún momento la selección musical se excede en la literalidad del desquicie. La fotografía, por su parte, toma un camino casi opuesto conceptualmente y retrata, con suavidad y brillo, la construcción vaporosa de la imagen parece más emparentada a la representación de un cuento sobre princesas que a la pesadilla opresiva que propone, aunque seguramente en ese contraste se encuentra la búsqueda.
