El 10 de octubre de 2006 nacía VKontakte, más conocida como VK, la red social que se convirtió rápidamente en la favorita de los usuarios en Rusia y otros países post soviéticos, como Bielorrusia. Hoy en día, con más de 600 millones de usuarios registrados y valorada en más de 2.917 millones de dólares, VK es mucho más que una «copia» de Facebook. Si bien comenzó con una idea similar, su evolución la llevó a incorporar características únicas, convirtiéndose en un espacio que combina lo mejor de plataformas como YouTube e Instagram, pero con una interfaz más sencilla e intuitiva.
En Latinoamérica, está página resultará conocida para más de uno porque, buscando alguna película, encontró en este sitio una versión “pirata” de la misma. Esto es posible gracias a las laxas leyes de copyright en Rusia y a la capacidad de almacenamiento de esta web, que permite subir archivos pesados.
Detrás de esta exitosa red social está Pável Dúrov, un ruso nacido en 1984 en la ciudad de Leningrado, actual San Petersburgo. Su infancia fue un tanto particular, ya que a los 4 años su familia se mudó a Turín, Italia. Desde entonces, Pável comenzó a mostrar un talento innato para las matemáticas y la programación, una pasión que desarrolló aún más con su regreso a Rusia en 2001.
A los 21 años de edad, a Dúrov le llegó la inspiración para crear VK, lo que pronto se convirtió en la alternativa rusa a Facebook. Pero VK no solo atrajo usuarios por su funcionalidad y su alta capacidad de personalización sino, también, porque ofrecía algo que muchos jóvenes rusos buscaban: un sitio libre de intervención estatal del Kremlin. Este rechazo por la intervención estatal le hizo ganar gran cantidad de seguidores, convirtiéndose en una figura representante para quienes buscan mayor independencia digital en Rusia.
En diciembre de 2012, tras las elecciones legislativas, surgieron denuncias de fraude electoral. El gobierno pidió a Pável Dúrov que bloqueara a los grupos opositores, pero él se negó. En 2014, Dúrov nuevamente se negó a entregar los datos y a bloquear a los manifestantes ucranianos. Como consecuencia, fue despedido de su puesto como CEO de VK el 21 de abril de 2014. Dúrov afirmó que la compañía había sido tomada por aliados de Vladimir Putin y que su salida se debía a su negativa a colaborar con los servicios de seguridad rusos. Finalmente, vendió sus acciones y abandonó Rusia en 2014, declarando que el país era incompatible con el negocio de internet en ese momento.
Hoy en día, y a pesar de la retirada de su creador, VK sigue siendo el principal punto de encuentro virtual en Rusia, su capacidad para adaptarse y crecer la consolidó como la red social número uno en la región y una de las más grandes del mundo.
Artículo elaborado especialmente para puntocero por Benjamín Navoni en el marco de las Actividades de Aproximación (ACAP) al mundo del trabajo, de los estudios superiores y la formación de ciudadanía.