Pasó otra semana tranquila en el «culo del mundo». Solamente ocurrió más de lo mismo: quilombos políticos, económicos e internacionales como para no aburrirnos y poder intercalar un poco con los Juegos Olímpicos.
Como si acá no pasara nada, uno de los temas que más atraviesan la opinión pública es el dudosísimo acto electoral en Venezuela en el que Nicolás Maduro se autoproclamó ganador sin mostrar ninguna acta y cagando a tiros, a pura represión, a quienes se manifiestan en las calles. Todo es tan latino, que en medio de las críticas y presiones internacionales recibidas, Maduro decidió dar la pelea que corresponde, nada menos que contra Elon Musk, al que invitó a fajarse en un ring y le dijo que si ganaba le tenía que pagar un viaje a Marte.
Mientras tanto, la embajada venezolana en Argentina está cerrada y la nuestra en Venezuela fue obligada a ser desalojada y se la quedaron los «brazucas» en custodia. En Buenos Aires, la comunidad bolivariana está movilizándose con reclamos y pidiendo por sus familiares. Acá el problema es que nadie está pensando en la cantidad de delivery de PedidosYa que no está llegando.
Obviamente, nuestro magnánimo «tuitstar» e iluminado por los dioses perrunos, se explayó sobre esta situación pegándole, además de a Maduro por golpista, a Lula por tibio y por no condenar este acto fraudulento. Después agradeció al pueblo brasilero por cuidar nuestra embajada. Claro, criticamos la feijoada pero nos gusta la caipirinha.
El peronismo ofició de peronismo y se hace el boludo sin condenar ni hablar al respecto. Están todos esperando a ver qué dice la «Jefa», que seguramente se hará la boluda también.
La gran duda ante esto es si nos joden los gobiernos autoritarios o nos joden que esos modelos caguen de hambre a la gente, porque no veo medios quejándose de las dictaduras millonarias árabes o de las fraudulentas elecciones de Bukele en El Salvador. Mientras tanto, desde el progresismo palermitano nos tomamos un cafecito y opinamos de un mundo y su coyuntura sin saber mucho.
Volviendo al plano local, el «Toto de la Gente» sigue timbeando fuerte en el Ministerio de Economía. Esta semana nos metió una nueva deuda por 43.000 millones de dólares y volvió a mandar lingotes de oro a Londres. En lo que va del último mes, ya se patinó 10% de las reservas para que el dólar no se vaya a la mierda e informaron que la recaudación cayó 15%. En cualquier momento, Luis Caputo lleva su oficina al barquito de Puerto Madero… ¡no va más!
Finalmente, la pulseada entre la provincia de Buenos Aires y Río Negro por la instalación del puerto para la exportación de gas licuado la terminó ganando, como era de esperar, el gobernador rionegrino Alberto Weretilneck, y lo dejaron a Axel Kicillof sin la torta, pero lo dejó arriba del ring como principal adversario de Javier Milei, lo que puede ser un arma de doble filo para el «Javo».
Por último, para ir cerrando la semana a puro desequilibrio mental, ¿te acordás de los 6 funcionarios de La Libertad Avanza que fueron a ver presos de la represión entre el que está Alfredo Astiz? Bueno, la que habló fue la diputada Lourdes Arrieta, también recordada por ir con un patito en la cabeza a una de las sesiones (lo cual ya nos daba indicios de su accionar). Cuando le consultaron sobre esta visita, dijo que no sabía a quiénes iba a ver a la cárcel y que no sabía quién era Astiz, porque ella nació en 1993. Qué raro, porque parece conocer bien a Jorge Rafael Videla.