El primero de Fernández

Alberto Fernández pronunció su primer discurso de apertura de sesiones del Congreso tras asumir la presidencia. Y, en un país como el nuestro, en estos dos meses transcurridos entre el inicio de su mandato y esta actividad, la realidad nos pasó por encima. Y en ese lapso, el nuevo gobierno tomó las medidas que considera pertinentes para afrontar la crisis que nos aqueja y ese punteo de temas no quedó afuera del discurso presidencial.

Herencia

De entrada, el Presidente se refirió al estado en que se recibió el país y sostuvo que «la palabra se ha devaluado. Necesito que recupere el valor que tuvo. Toda simulación en los actos y en los dichos significa una estafa. En democracia, la mentira es la mayor perversión. Con este discurso vengo a darle a mi palabra el valor del compromiso. Vengo a decirles dónde estamos parados».

Reactivar la economía

A continuación, mencionó las primeras medidas tomadas desde su asunción. «Pasaron apenas 81 días. Adoptamos las medidas más urgentes, las agendas de futuro que tenemos para afrontar. Encontramos un país dañado, con divisiones profundas y el tejido social dañado. No busco revanchas. El punto de partida no puede ser otro que el reconocimiento del punto exacto del que estamos», remarcó.

En ese sentido, señaló que la Ley de Emergencia Económica es el punto de inicio del combate contra la inflación, el desempleo y el déficit. A eso se suman los incrementos salariales otorgados por decreto para el sector público y privado, el congelamiento de los servicios públicos, el plan Precios Cuidados y el Ahora 12. «Este Gobierno utilizará todas las herramientas legales para combatir la inflación. El país no resiste más a quienes priorizan su rentabilidad a costa de los pobres bobos que pagamos lo que consumimos», manifestó Fernández.

«Estamos dejando atrás una política económica centrada en la especulación para volver a poner el foco en el trabajo y la producción», enfatizó el Presidente, e indicó que su administración pondrá en funcionamiento un «programa integral y sustentable» con «objetivos fiscales y de política monetaria» para reactivar la economía. «Hay sectores que poco a poco comienzan a reactivarse. Hemos dado pasos firmes para tranquilizar la economía», explicó el mandatario y subrayó que “soportamos un nivel récord de inflación del 53,8% durante 2019. Debemos enfrentar una deuda pública récord: solo en el año en que estamos los vencimientos de capital representan 48.968 millones de dólares más 14.838 millones en intereses». Sobre el endeudamiento, sostuvo que hay que investigarlo sucedió y nunca más endeudarse de manera insostenible.

En el campo económico, también anunció el envío de un proyecto de ley para promover inversiones locales e internacionales vinculadas al gas y al petróleo. Asimismo, señaló que convocarán al campo porque su crecimiento “es uno de nuestros objetivos» y sostuvo que con el diálogo «nos permita preservar las cuentas públicas» en referencia a las negociaciones y tratativas por un aumento en las retenciones a la exportación de soja. «Hemos hecho una propuesta generosa en materia de derecho de a las exportaciones, en las que solo se incrementa uno de un total de 25 cultivos que hoy están afectados por esos derechos», subrayó.

Secreto

Los servicios de Inteligencia fueron blanco de Fernández y adelantó que promoverá un decreto para limitar la acción de los espías y su colaboración con la Justicia. También anunció la desclasificación de los documentos secretos de los agentes de Inteligencia involucrados en los juicios por el encubrimiento del atentado contra la AMIA, ocurrido en julio de 1994.

La reforma judicial fue otro de los aspectos anunciados. «Venimos a ponerle fin a la manipulación judicial y a la designación de jueces amigos. Los delitos contra la administración pública dejarán de estar en manos de pocos jueces. Pasarán a ser juzgados por más de medio centenar de magistrados». Esta iniciativa busca terminar con «el oligopolio de los jueces federales y la concentración de procesos», para lo cual se creará un nuevo fuero federal penal, que unificará a fueros penales que hoy tienen jurisdicción en la Capital. «Venimos a poner fin a la designación de jueces amigos, a la manipulación judicial, a la utilización política de la Justicia y al nombramiento de jueces dependientes de poderes inconfesables de cualquier naturaleza», indicó Fernández, y añadió que impulsará la unificación de la Justicia Civil y Comercial Federal en el ámbito del fuero contencioso administrativo de la Capital. «Los delitos contra la administración pública en los que incurran funcionarios del Estado nacional dejarán de estar en manos de unos pocos jueces para pasar a ser juzgados por más de medio centenar de magistrados. Estamos terminando para siempre en la Argentina con la manipulación de sorteos y la concentración de procesos que el oligopolio de los jueces federales ha permitido», explicó el mandatario.

Malvinas y Mercosur

En al ámbito de la política exterior, el Jefe de Estado anunció el envío de tres proyectos de ley para reforzar el reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas. Y prometió endurecer las sanciones a los buques pesqueros.

Por otra parte, comunicó que la relación con los miembros del Mercosur será dinamizada para fortalecer la democracia en la región. «En el Mercosur tenemos que fortalecer la integración y que se profundice una integración dinámica y que armonice estándares laborales, sociales y aduaneros», sostuvo.

Aborto

Un tema que se especulaba que iba a estar presente en el discurso era el aborto. Tras la fallida sesión el año pasado había que ver qué actitud tomaba el mandatario. Y fue favorable a quienes propugnan una ley de aborto libre, seguro y gratuito. «La legislación vigente no es efectiva. Desde 1921 se penaliza la interrupción voluntaria del embarazo. Es ineficaz desde su criterio preventivo. La amenaza penal fue ineficiente. También condenó a mujeres, generalmente de bajos recursos, a recurrir a la clandestinidad poniendo en riesgo su vida», mencionó el Presidente, y remarcó que «en el Siglo XXI todo Estado debe comprender las necesidades individuales de cada uno. Por eso, en los próximos diez días presentaré un proyecto de ley que legalice el aborto en el tiempo inicial del embarazo, que permita a las mujeres acceder al sistema de salud cuando tomen la decisión de abortar».

Mirar hacia adelante

Para el fin de su discurso, Fernández retomó el temario económico y los desafíos que se vienen. «Nos queda casi todo el mandato por delante, solo vamos 81 días. Atravesamos un camino que tiene obstáculos. Pusimos cierto freno a la inflación. Pero debemos ponerle fin al vicio inflacionario. Hay otro obstáculo, otra inercia. Hay quienes no entienden aún que estamos subidos a un mismo barco. Necesitamos un equilibrio, económico y social. Restablecer prioridades. Primeros los últimos. Hay necesidades que deben ser atendidas. Tener mejores ingresos no es tener grandes ingresos. Hay que recuperar la movilidad social ascendente», señaló.

Este fue el primer discurso de apertura de sesiones de Alberto Fernández, con un poco de resumen y algo de anuncios. Lejos de los extensos discursos de quien es ahora su vicepresidente, trató de darle su impronta. Ahora resta imponer esas mismas características a su gobierno.