En esta nota te vas a enterar qué se votó en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), cómo se votó, cuáles fueron los resultados y cuáles son más llamativos, además de los posibles escenarios.
En estas elecciones, los porteños eligieron a sus representantes legislativos locales. Se renovaron 30 de las 60 bancas de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires mediante el sistema de Boleta Única Electrónica (BUE). A diferencia de otros años, esta votación fue exclusivamente local y estuvo desdoblada de los comicios nacionales.
Los resultados marcaron un reordenamiento del mapa político porteño. La lista más votada fue La Libertad Avanza (LLA), encabezada por Manuel Adorni, que alcanzó el 30,1% de los votos. En segundo lugar se ubicó Es Ahora Buenos Aires (EABA), con Leandro Santoro como primer candidato, que obtuvo el 27,3%. Bastante más atrás quedó el PRO, liderado por Silvia Lospennato, con un 15,9% de los votos. En cuarto y quinto lugar quedaron el espacio de Horacio Rodríguez Larreta, Volvamos Buenos Aires con 8%, y el Frente de la Izquierda y de los Trabajadores-Unidad (FITU) con 3,1%.
Uno de los datos más significativos de la jornada fue la baja participación, que apenas superó el 53%. Este número contrasta con elecciones anteriores, donde el nivel de votación rondaba el 70%. Al analizar más en profundidad, se observa que entre los votantes obligatorios (argentinos residentes en CABA) la participación fue del 61,7%, mientras que entre los extranjeros residentes -que no están obligados a votar- fue de apenas el 14,26%, por debajo del 20% registrado en elecciones anteriores. A su vez, esta tendencia a la baja también se repitió en otras provincias que desdoblaron sus elecciones este año. Por otro lado, el ausentismo puede explicarse por la escasa visibilidad que tienen los legisladores frente a las figuras ejecutivas. En la percepción social argentina, los responsables de los grandes problemas políticos suelen ser el presidente, el gobernador o el jefe de gobierno e intendentes, mientras que los legisladores tienen un rol más difuso para la ciudadanía.
En cuanto a la nueva composición de la Legislatura, LLA sumó 11 bancas nuevas, alcanzando un total de 13. EABA incorporó 10 y se consolida con 20 bancas. El PRO ganó 5 bancas y se queda con 11. La UCR-Evolución perdió las tres que tenía en juego y quedó con 5. El larretismo obtuvo 3 bancas nuevas que se suman a otras 3 ya existentes. El FITU logró retener su banca y ganar una más, alcanzando 2 escaños. Los bloques menores, como Confianza Pública, Compromiso Liberal Republicano, Transformación y el MID, conservaron sus lugares ya que no pusieron bancas en juego.
Entre los elementos más llamativos de esta elección se destaca el desplome del PRO, que obtuvo uno de sus peores resultados históricos en la ciudad, un distrito clave para su identidad política. Este escenario plantea varios interrogantes: ¿marca esto el fin del predominio del PRO en la Ciudad? ¿Podría quedar relegado como una tercera fuerza? Otra posibilidad es que busque una alianza con LLA, -al igual que en su momento lo hizo la UCR con el PRO- aunque por ahora no está claro si ese acercamiento le permitiría retener a su base electoral.
La buena performance de EABA, a pesar de no ganar, sugiere que logró instalarse como una alternativa relevante. Su campaña parece haber sido efectiva y podría posicionarse como una opción frente a un PRO debilitado y una LLA con fuerte impronta nacional. La distancia entre Adorni y Santoro fue modesta en varias comunas, lo que podría indicar que EABA logró penetrar en sectores del electorado tradicionalmente más indecisos.
Finalmente, el panorama legislativo porteño quedó muy fragmentado. Para alcanzar el quórum, que exige 31 bancas, ninguna fuerza tiene los números necesarios por sí sola. EABA, con sus 20 legisladores, necesita sumar 11 aliados, mientras que LLA, con 13, necesita 18. Esto obligará a negociar y construir alianzas. EABA podría intentar acuerdos con sectores moderados del larretismo o de UCR-Evolución, aunque eso podría tensionar su perfil ideológico. LLA, por su parte, tiene mayores chances de tejer alianzas con el PRO, aunque tampoco se descartan apoyos puntuales de los bloques antes mencionados.
Artículo elaborado especialmente para puntocero por Paloma Badaracco.