Hambre de gloria

Alejandro Maldonado se prepara competir en el Grand Prix de Nottwil en Suiza, el cual podría darle la clasificación a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2021. A través de la agencia GP Sports, Punto Aparte tuvo la oportunidad de hablar con el atleta acerca de lo que vivirá en los próximos días.

“Estoy con ganas de competir, con ganas de clasificar, porque el deporte en silla de ruedas es uno de los más competitivos a nivel paralímpico, no es fácil clasificar. Las marcas que piden son muy ajustadas. Gracias a Dios yo tengo experiencia, pude tener dos Juegos Paralímpicos (Atenas 2004 y Beijing 2008), tres mundiales y seis Juegos Parapanamericanos. Pero hoy la realidad es que estoy a un paso de retirarme del alto rendimiento y qué mejor que retirarme por la puerta grande y, de alguna manera, hacer historia con 44 años”.

En abril, el marplatense participó en la Maratón de La Pampa, para la cual entrenó durante ocho meses con el objetivo de llegar a los 42 kilómetros. Sin embargo, el clima fue un gran obstáculo. A pesar de ello, Alejandro no bajó los brazos. «La lluvia torrencial, lamentablemente, me impidió la carrera por un accidente que tuve en el kilómetro 24, pero tuve que dar vuelta la página y cargar las energías para lo que se viene, un evento muy importante, lo que es Suiza. La frutilla del postre es Suiza, donde van los mejores atletas del mundo y la verdad que va a estar bueno, porque son en total nueve carreras que voy a estar ahí corriendo en la prueba de 400, 800, 1.500 y 5.000 metros, pruebas muy competitivas. Pero la realidad es que todos los atletas que van a competir ahí, que son alrededor de unos 400 atletas en silla de ruedas, van ahí a buscar la marca para Tokio 2021”.

Además, agregó: “Yo soy de esos tipos a los que les gusta soñar, tengo hambre de gloria como la misma adrenalina que tiene un pibe de 20 años, y bueno, a eso apunto, no sé si a una medalla de oro, pero en un deporte tan competitivo como es en silla ruedas me parece que meterse en una final paralímpica con los mejores países del mundo, para mí ya está, sería el broche de oro. Y más en estos Juegos Paralímpicos al ser tan particulares”.

Asimismo, “Ale” mencionó en varias entrevistas que se siente en deuda con el deporte, ya que dice que este le dio todo. “El deporte ha sido la rehabilitación para mí primordial, yo tengo 32 operaciones y una amputación del pie izquierdo. Me ha dado todo, la oportunidad de tener los Paralímpicos, de relacionarme con muchísimas personas, de hoy por hoy tener una familia como la que tengo, convivir con Gabriela que ya hace doce años que estamos juntos. Si bien creo que ha sido recíproco y uno como deportista también ha dado y ha traído muchas medallas para el país, creo que todavía debo algo. A lo mejor yo creo que debo algo como un futuro dirigente, me parece que es una cuenta pendiente”.

Cerca de ponerle fin a su carrera como atleta paralímpico profesional, Maldonado tiene muy claro a qué se quiere dedicar. “Sinceramente, después de que me retire tengo muchas ganas de tomarme un año, descansar bien, no solamente física sino psíquicamente también, me parece que eso va a estar bueno, y la verdad como entrenador puedo ser buen atleta. No me gusta ser entrenador, no es algo que me nace, pero me nace ser dirigente a futuro, me parece que me gusta la política. Siento y creo que tengo la capacidad inclusive también, ya me estoy metiendo cada vez más en el tema, leyendo mucho, estudiando y charlando con gente idónea de la materia, que parece que eso es lo que más me gusta”.

Ale se define como una persona a la que le gusta atender los problemas y necesidades de los atletas. “Tengo ese pensamiento de que el atleta siempre tiene que estar por delante de un dirigente y no un dirigente por delante del atleta. Me parece que se pueden hacer muchas cosas, me gusta mucho la política deportiva, creo que humildemente puedo aportar un granito de arena para que el deporte paralímpico o un comité paralímpico salga a flote”.

Además, está comprometido con la difusión del deporte paralímpico y, si bien descarta la posibilidad de ser entrenador, dice estar siempre dispuesto a transmitir sus experiencias y acompañar a los futuros deportistas.

La rutina de Maldonado comienza a las cuatro y media de la mañana, con entrenamientos de dos turnos, gimnasio todos los días, y los sábados con un trabajo específico de 30 kilómetros para terminar la semana. Estos pueden variar basándose en su calendario de competencias. “La preparación física y psicológica de un atleta paralímpico es exactamente igual que un atleta convencional, la única diferencia es el medio de locomoción que es una silla ruedas, nada más”. También da charlas motivacionales en empresas y colegios.

Entonces, con una agenda tan ocupada, ¿cómo se distiende? “En el tiempo libre en mi cocina no entra nadie, la cocina para mí es como un cable a tierra, incluso, cuando cocino pongo mi celular en modo avión, cosa de no escuchar nada y me concentro para cocinar”, confesó Alejandro.