El autor, director y protagonista Daniel Ritto, reconocido por su obra y película “Luca Vive” sobre la vida de Luca Prodan, estrenó este sábado 6 de abril en la Sala Tuñón del Centro Cultural de la Cooperación (Avenida Corrientes 1543), “Hrant Dink, el alegato de la paloma”, con la producción ejecutiva y asesoramiento histórico de Eduardo Kozanlian.
Una periodista turca alborotó el estreno queriendo ser partícipe del evento sobre la vida del periodista armenio, asesinado el 19 de enero de 2007 por develar el genocidio del estado turco contra los ciudadanos de Armenia entre 1915 y 1917. Solucionado el inconveniente con la inadmisión de la reportera, el público se acomodó frente a un escenario negro con luces rojas y azules. Solo se podía divisar una bandera pequeña con los colores del país víctima de la guerra de principios de siglo XX. En un rincón se encontraban dos diarios apilados y una serie de fotos que mostraban la cruda realidad del genocidio.
Las luces hacia el público se atenuaban y desde el lado derecho salió a escena Osvaldo Bayer. Se ubicó al centro del escenario y creó un marco histórico de la guerra turca contra los armenios al comparar los hechos con lo ocurrido en nuestro país, desde la matanza a los indígenas de Julio Argentino Roca hasta la última dictadura militar. “Realizo el apoyo intelectual. Me pidieron que hiciera el prólogo de la misma, y hago introducir al espectador en la obra. Señalo toda la crueldad y la maldad que ocurre entre el hombre contra el hombre. El genocidio turco, o el gobierno turco es el peor de la humanidad, amén de los otros que hemos padecido”, contó Bayer, quien resaltó férreamente que, en un principio, en Turquía mataron a 1.500 armenios hasta llegar a un total de un millón quinientas mil víctimas en una guerra por la nacionalidad de las personas e ideales políticos.
Sin embargo, este historiador desconocía la existencia del periodista en cuestión. “No conocía la historia de Hrant Dink. La conocí a través de Eduardo Kozanlian, gran amigo e integrante de la comunidad armenia que vino a la Argentina. Me acercó libros sobre el tema, y los he leído con atención”, dijo Bayer. Luego, brindó sus saberes: “entre los alemanes se ha hablado y se ha asentado el conocimiento del genocidio armenio, porque justamente ocurrió en medio de la Primera Guerra Mundial, cuando Turquía era aliado de Alemania. El primer país aprovechó ese momento para cometer los genocidios. Y Alemania trata que se reconozca todo esto. No el Gobierno Alemán, pero sí los organismos de Derechos Humanos de este país”.
Entre el público se encontraba el juez Carlos Rozanski, presidente del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de La Plata, quien se puso al mando de los juicios contra los represores de la dictadura militar. Fue nombrado por el historiador y ovacionado por todos los espectadores en la sala.
Finalizado el conmovedor discurso de Bayer, el espíritu de Hrant Dink se apoderó de Daniel Ritto para recordar su vida y el penoso motivo de su muerte. “Yo hago esta línea de obras, vengo haciendo desde Luca, Santucho, Angelelli, Bukowsky, Di Giovanni, Juan José Castelli y Rodolfo Walsh. Pero Eduardo Kozanlian, con su recopilación histórica me vino a proponer a hacer a este periodista, e inmediatamente cuando me metí en la obra me dije, sí, hay que hacer Hrant Dink que es el Rodolfo Walsh armenio”, retrató Ritto, el actor de la obra.
El espíritu del periodista turco con origen armenio, creador del diario «Agos», que todavía sigue vigente en Turquía, se encarna en el actor, y aún sigue juzgando a los turcos por la muerte de millones de personas inocentes y desenmascara a los genocidas.
Daniel Ritto hace participar al público para dejar en claro que hay que desterrar la guerra de la humanidad, y que lo importante es la libertad de los ideales.
Este actor le debe su participación en la obra a Osvaldo Bayer. “A Eduardo Kozanlián le presento a Daniel Ritto, que es muy amigo mío, porque hemos hecho varias obras juntos también de la misma forma, como Rodolfo Walsh o Severino Di Giovanni. Entonces, Eduardo vio el espectáculo que hicimos sobre nuestro periodista fallecido por la dictadura y quiso hacer conmigo la obra sobre el genocidio armenio. Daniel Ritto saltó en seguida y armamos este éxito”.
Y Ritto creó su propio Hrant Dink, “el personaje lo cree en base a la imaginación. Uno se va metiendo en la historia a través de la imaginación, a partir de la sensibilidad y de los hechos reales, el saber qué le pasó, y de la familia que dejó. Y eso me empieza a volver loco, de alguna forma. Uno dice, ¡cómo puede ser que haya pasado semejante historia!”, se indignó el autor y director.
Al conocer un poco sobre la obra, el espectador se imagina que es la historia de Rodolfo Walsh encarnada en un periodista armenio, pero Daniel aclaró, “todos los seres humanos somos distintos e iguales en algún punto. Walsh tuvo varias mujeres y Dink no. Walsh usó armas y Dink no, y creo que ni siquiera se enteró que lo mataron, porque lo asesinaron de espaldas. Pero lo que predomina es la idea, sobre un genocidio o sobre la dignidad humana. La idea es eso, encontrar un camino para la dignidad humana, para que seamos mejores personas. ¡Cómo las personas hicieron el genocidio con los armenios, con los españoles, con los judíos! Si uno se pone a mirar la historia, está llena de asesinatos por ambición, por dinero, por egoísmo, y realmente es inconcebible. Y subirse al escenario sirve para salvar la dignidad humana, y yo me meto en los temas a partir de una indignación. Por supuesto que esto genera una indignación de mi parte”, concluyó el actor.
Y el espectador que más miradas se llevó en la velada, Bayer, destacó, “a Daniel lo vi muy bien, es un gran actor, y es un espectáculo completo y con gran contenido histórico”.
“Hrant Dink, el alegato de la paloma” se encuentra en la Sala Tuñón del Centro Cultural de la Cooperación todos los sábados a las 20:15 horas. La entrada tiene un valor de $100.
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