INCAA: seis meses sin gestión

A través de las redes sociales y tres meses después del último posteo, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) publicó un balance de este medio año de gestión bajo el nuevo gobierno. Este organismo está actualmente presidido por Carlos Pirovano.

Luego de una serie de despidos, ajuste y de paralizar la financiación de películas, se esgrime como un nuevo logro el ahorro de «más de $3.000 millones anuales», cuyo objetivo sería el de alcanzar el equilibrio financiero para fin de año, algo que forma parte de la bandera de la Presidencia de la Nación.

«De acuerdo al esquema de gastos heredados, de continuar con el ritmo económico financiero recibido, el INCAA hubiera perdido en 2024 más de $8.500 millones, necesitando de transferencias del Tesoro para subsistir», afirma el comunicado y habla, además, del «cuidado del dinero del contribuyente», evadiendo el hecho de que el INCAA no se financia con el Impuesto al Valor Agregado (IVA) de los alimentos sino a través de un 10% de la venta de cada entrada de cine, también de un impuesto que aporta el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) y un 10% de la venta de “videogramas grabados”, dinero que sigue ingresando al Fondo de Fomento Cinematográfico pero que el instituto no está ejecutando.

De esta manera, el Gobierno insiste con propagar discursivamente información falsa y un argumento desmentido en más de una oportunidad, sosteniendo que «dejará de ser un agujero negro de recursos y tras un periodo de achicamiento y readecuación, no necesitará nunca más de la asistencia del Estado para funcionar».

El detalle del ajuste

En las palabras oficiales, estos $3.000 millones anuales se componen de «suspensión de privilegios para el personal como viajes, compra de bienes y refrigerio, retiro inicial de 254 empleados y reducción de 32 cargos gerenciales y de jefatura, cancelación de designaciones de planta permanente de 29 personas, quita de suplementos a 137 empleados, suspensión de mantenimiento de dos locaciones redundantes y sin uso y suspensión de alquileres de varios edificios que dejarán de usarse».

Sobre este último punto, el historiador de cine, archivista y docente Fernando Martín Peña expuso en sus redes sociales «entre los edificios que dejarán de usarse están los dos que contienen las copias en fílmico que guarda el INCAA. Nunca sabremos qué harán con ese material».

De esta manera, lejos de cumplir con el deber del Instituto establecido en la Ley de Cine, se confirma el insólito plan de no gestionar y se levanta la bandera de todo lo que no se hizo.