La decadencia del fútbol argentino

Con el dólar blue en vías de valer casi 300 pesos, los 28 clubes de la Liga Profesional se empobrecieron un poco más, sobre todo en comparación al millonario Brasileirão. Las dificultades cambiarias, la inflación, corrupción, intereses políticos y la desorganización contribuyeron al estado de precariedad que hoy caracteriza a los clubes de uno de los países más futboleros del mundo.

Actualmente, de los casi 30 clubes de la máxima categoría del fútbol argentino, la gran mayoría tiene deudas con sus propios jugadores, con otros clubes o con la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

Independiente debió suspender sus elecciones por un supuesto malentendido al momento de cierre de listas. San Lorenzo de Almagro acumula gran cantidad de cheques rechazados, sin poder hacerse cargo de sus propias deudas.

Debido a que históricamente el fútbol sirve como método de distracción social, los intereses políticos también aparecen en la escena deportiva. Por ejemplo, desde 1995 muchos dirigentes de Boca Juniors pasaron a la esfera de la política partidaria nacional (sobre todo del PRO). Por otro lado, Fútbol Para Todos fue objeto de disputa política durante la década pasada entre el macrismo y el kirchnerismo. En definitiva, es habitual encontrar a dirigentes en clubes «grandes» que no tengan el único interés de beneficiar al club sino que, a veces, se esconden otro tipo de intenciones.

El reglamento de la AFA prohíbe las Sociedades Anónimas Deportivas, por lo que los clubes reciben la gran mayoría de sus ingresos a través de la cuota social, al ser Asociaciones Civiles sin fines de lucro. Sin embargo, la cuota social tanto como los ingresos televisivos se devalúan al ritmo del dólar y la inflación. Mientras tanto, en Brasil la inyección de capitales por parte de los accionistas es cada vez más parecido al del hegemónico fútbol europeo.

Tras la asunción de la nueva ministra de Economía, Silvina Batakis, River Plate sufrió una inusual demora al momento de conseguir los dólares necesarios para el pago de la primera cuota del pase de Miguel Borja. Si bien no existe una restricción especial para que los clubes compren dólares, sí se ven perjudicados por la escasez de divisas de forma indirecta. Los contratos de los futbolistas más importantes suelen negociarse con un precio equivalente en dólares, aunque se cobran en pesos. Además, se fija un precio máximo para la conversión del dólar en cada contrato. Así, muchos futbolistas cobran cifras totalmente disparejas con respecto a otras ligas de la región y hasta deben actualizar el valor del dólar a utilizar a medida que la moneda nacional se devalúa.

Bien podría suceder que una buena organización pudiera contrarrestar las dificultades que presentan los factores externos. Sin embargo, los dirigentes de la AFA tienen otras prioridades.

Actualmente, la primera división del fútbol argentino cambia su formato cada seis meses, sin ningún tipo de correlación entre competencias. No se proyecta la mejora de la competencia a largo plazo sino que reina la improvisación. La pandemia del COVID-19 sirvió como excusa para suspender los descensos por varios años, cuando Diego Maradona estaba al borde de perder la categoría con Gimnasia y Esgrima La Plata en 2020. Cada dirigente protege exclusivamente los intereses de sus clubes. Bajo su propia lógica, es conveniente eliminar o reducir la cantidad de descensos, con tal de evitar su propio fracaso.

Como punto positivo, Argentina, a través de su cultura futbolística, sigue generando grandes talentos que luego triunfan en las mejores ligas del mundo. Puede fallar la estructura, pero la ambición deportiva y el valor social de este deporte siguen teniendo un valor intrínseco a lo largo del país. Además, la selección argentina comenzó en 2017 un proyecto de selecciones juveniles inspirado en la doctrina de José Néstor Pekerman, quien revolucionó en 1993 la forma de llevar a cabo los procesos formativos. Es una forma de trabajo con gran influencia del «Método Coerver», del fallecido entrenador neerlandés Wiel Coerver, quien diagramó una técnica de entrenamiento integral, que buscaba potenciar al máximo el rendimiento en todas las edades.

Son varios los errores no forzados del fútbol argentino, así como los factores externos que complican el desarrollo y mantenimiento de una de las industrias más millonarias de la Argentina. Y, si bien existen elementos destacables que hacen que este fútbol sea admirado a nivel mundial, las ligas más competitivas del mundo debieron organizarse y dejar de lado los egos de los sectores más poderosos, para luego convertirse en los dominadores de la escena del deporte más popular del mundo.