Visitar los 155,4 kilómetros que abarcan la Quebrada de Humahuaca (en el Noroeste argentino) es una experiencia única. Realizar un recorrido por la región es absorber energía, cultura, mucha historia y una imponente belleza natural diferente a todo lo conocido.
Luego de la presentación del proyecto para declarar a esta región como Patrimonio de la Humanidad, en abril de 2002 este fue aprobado y, finalmente, el 2 de julio de 2003 se declaró a la Quebrada de Humahuaca “sistema patrimonial de características excepcionales” en París (Francia) en la categoría Paisaje Cultural, gracias a la elección unánime de los 21 integrantes del comité. Por eso, se conmemoran 10 años de este reconocimiento más que merecido: solo basta con conocer para comprobarlo.
El informe que oficializó la solicitud destaca que “el jujeño y, en especial el quebradeño, amante de la tierra donde vive, orgulloso de su cultura y respetuoso de sus tradiciones, ha establecido desde la antigüedad una magnífica interrelación y una armoniosa convivencia con el excepcional paisaje de la Quebrada de Humahuaca”.
“El entorno y los bienes patrimoniales que en él se encuentran generan profundos lazos de identidad en la población local. La cultura popular oral y tradicional de la Quebrada de Humahuaca resulta excepcional no solo por su concentración espacial, sino porque en ella se imbrican numerosas formas culturales tradicionales con las formas propias de la sociedad contemporánea. La música, la lengua, la narrativa oral, la religiosidad y las artesanías mantienen su vigencia a lo largo de los siglos, como resultado de una fecunda relación intercultural, estableciendo una fuerte cohesión grupal y reforzando las redes sociales”, detalla el texto.
Viajar a la Quebrada de Humahuaca puede resultar una estadía inolvidable (no olvides degustar tamales, quinua y cenar en Purmamarca un bife de llama con una copa de vino tinto). La Pachamama te espera.
Fotos: www.quebradadehumahuaca.com