En el marco de la Competencia Internacional de la 39° edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata se proyectó «Cabaret Total», la ópera prima de Roy Assaf, que se calzó el «traje» de director luego de una prolífica carrera como actor, que lo tuvo dos veces como ganador en la Academia de Cine de Israel.
Precisamente, esta película coproducida por Israel y Kosovo tiene al paracaidista Asi Yifrah (el propio Assaf) de regreso a su hogar tras la experiencia traumática que representa la guerra. En su trabajo como profesor de teatro en el Instituto Horizon interviene en una de sus clases para mejorar la interpretación de dos de sus alumnos, pero lo que no tiene en cuenta Asi es que un liviano cuestionamiento sobre el papel de los soldados en el conflicto bélico rápidamente se viraliza y lo pone en el centro de los críticas como un «traidor a la patria».
Así, pronunciarse en contra el discurso hegemónico, sobre todo al tratarse de la candente actualidad israelí, pone a «Cabaret Total» en una posición minoritaria pero necesaria en tiempos en los que la polarización política y la liviandad para sus consecuentes abordajes nos sitúan en blancos o negros. Con su propuesta, Assaf incomoda y posibilita una discusión que va mucho más allá de un antisemitismo si se cuestiona la posición del gobierno israelí que lidera Benjamin Netanyahu.
En lo meramente cinematográfico, las subrayadas referencias a Francia y Federico Fellini no alcanzan para poner a «Cabaret Total» a la altura de una competencia internacional en un festival de cine de clase A, algo que el propio codirector artístico de esta edición, Gabriel Lerman, aclaró con un paso en falso, al contarle al público presente en la primera exhibición que «no quedó en Venecia».
Asimismo, la liviandad para que Asi enfrente lo que a priori es una situación problemática para cualquier ciudadano, la de convertirse en «enemigo público», no representa mayor inconveniente para el personaje, que decide redoblar la apuesta ahora desde ese nuevo lugar en la sociedad y responder, mediante una obra de teatro de su autoría que, por el contrario, acentúa su rebeldía y la lleva hasta el extremo, con consecuencias para su entorno profesional y familiar.
De esta manera, un cierre de «8 y 1/2» no son suficientes para puntuar a «Cabaret Total» ni cerca de esa cifra.