Las estrellas emergentes del fútbol argentino

La cuarta fecha de la Liga Profesional de Fútbol (LPF) reconfirmó el prometedor presente que viven varios jóvenes de los equipos más competitivos, trayéndole una luz de esperanza a la Primera División, que no está exenta de los efectos de la crisis económica a nivel nacional. Varias promesas están siendo seguidas por distintos clubes europeos, que siguen potenciando sus ligas de talentosos sudamericanos.

A Julián Álvarez le quedan solo unos días en la Argentina: fue vendido por aproximadamente 21 millones de euros al Manchester City de Josep Guardiola, semifinalista de la última UEFA Champions League. El delantero de 22 años fue elegido por dicho equipo de élite porque tiene un potencial digno de convertirse en uno de los mejores del mundo.

En el último año se volvió un excelente lector de los momentos en el ataque de River Plate. Jugando libre por el frente de ataque, demostró inteligencia a la hora de desmarcarse, buscando siempre jugar entre líneas. Más allá de su fino control de pelota, capacidad para asociarse con su compañeros, potencia y precisión de remate, entre otras virtudes, su característica distintiva es la polifuncionalidad. Puede jugar de centro delantero posicional, de extremo o de media punta. Esa versatilidad para moverse por todo el frente de ataque generó que acumule un total de 50 participaciones en goles de River entre anotaciones y asistencias en los últimos 42 partidos. Son números parecidos a los que generan los candidatos a ganar el Balón de Oro cada año…

Otra estrella emergente es Exequiel Zeballos, de 20 años, que hace poco menos de un año tiene cada vez más continuidad como extremo en Boca Juniors. Si bien el equipo se consolidó colectivamente en los últimos meses, él trajo la oportunidad de que el equipo de Sebastián Battaglia ataque por ambas bandas, ya que antes solo se aprovechaba el sector opuesto, que ocupa habitualmente Sebastián Villa. Zeballos es un jugador contracultural para el fútbol moderno, donde existe una supremacía del juego a 1 o 2 toques, sin casi nada de gambeta individual. Por eso destaca por su habilidad para superar rivales con engaño y regate en espacios reducidos. En esta fecha contra Barracas Central, completó con éxito 5 de las 6 gambetas que intentó y, actualmente, es el goleador de la liga con 3 anotaciones.

En el primer semestre de 2022, varios reclutadores de talentos provenientes de Europa asistieron a «La Bombonera» para seguir de cerca a Zeballos. Entre ellos, ojeadores del propio Manchester City de Guardiola, que también se interesó en Valentín Barco, un lateral izquierdo de 17 años que debutó en la primera de Boca a sus 16 años y sorprendió por una gran técnica y carácter para incorporarse al ataque, pese a su juventud. Por último, Alan Varela (20 años), es el volante central titular de Boca y fue fundamental para que el equipo se consolide colectivamente. Aportó salida limpia desde el fondo, pase vertical y criterio en la marca a la hora de defender. Es la demostración de cómo el fútbol actual exige que el “5” sea más activo en la creación y cómo eso mejora a un equipo inmediatamente. Ante Barracas Central falló solo 2 de los 64 pases que intentó y fue quien más recuperó en todo el partido: 12 veces.

Por supuesto que se podrían analizar a muchos otros jóvenes que resaltan por su talento y ambición en los inicios de su carrera y que, probablemente, tengan futuro garantizado en las mejores ligas del mundo. Enzo Fernández (21 años), volante mixto de River, podría ser vendido por 20 millones de euros al Benfica de Portugal. Como titular en el equipo de Marcelo Gallardo lleva 16 participaciones en goles en 23 partidos, entre tantos y asistencias. En Vélez Sarsfield se destaca Luca Orellano (22 años), así como Facundo Farías (19 años) en Colón.

En definitiva, el fútbol argentino continúa formando y desarrollando futbolistas jóvenes. Pese a los problemas económicos y organizativos que existen, aún hay buenos formadores y clubes que cada vez le prestan más atención a sus divisiones inferiores (por convicción o por necesidad). Se trata de una formación integral: no es solo futbolística sino educativa. Se enseñan valores y se exige que los adolescentes terminen la escuela primaria y secundaria. Si bien quedan varios problemas por corregir, la formación juvenil es de los aspectos más rescatables del fútbol argentino.