Explenden es una banda punk que lleva más de 20 años en el ruedo, con gran cantidad de discos en su haber y muchas giras por diferentes puntos del país. La pluma de su cantante Julián Mocoroa, más conocido como «Moco», se destaca en una mezcla entre la lírica urbana, los golpes directos y la invocación a aquellos denominados «poetas malditos».
Así y todo, el nuevo trabajo de la banda, «Desaparece el Mundo», es bastante menos apocalíptico de lo que su título pregona. En las canciones emerge el deseo de llevar estos tiempos tan oscuros con amor, esperanza y con las ganas de poder modificarlos. «Cuando llevé los primeros temas a la sala, recuerdo de los primeros tres, dos no quedaron, ahí había una canción que era más peleadora», recuerda el cantante, y analiza: «Creo que el hecho de que todas las canciones que quedaron sean positivas es mérito de ‘Peti’, nuestro bajista, que fue quien seleccionó y produjo un poco el disco». A su vez, profundiza y reflexiona: «No me di cuenta, pero moldeó de esa manera el clima interno que estábamos teniendo en la banda. Obviamente que son canciones que compuse yo, y cuando hablo en positivo y de ir para adelante, es porque estoy convencido que la única manera de hacerlo es cambiando lo cotidiano».
En el disco trabajaron Edu Graziadei, bajista de Cadena Perpetua, y Federico Pertusi, cantante de De Romanticistas Shaolin’s, dos referentes de la escena local. «Volvimos a trabajar con Edu porque con él los resultados siempre son geniales, y además en lo humano es mejor todavía», asegura «Moco» mientras confiesa que con Pertusi fue la vez que más cómodo grabó las voces en su vida: «Estar con él fue como ‘Volver al Futuro’, aprendí mucho, grabé de una manera diferente, usando el tiempo que quería y hasta me dejó con ganas de más. Me encantaría grabar un disco de 20 temas con Fede Pertusi. Es una experiencia que realmente quiero repetir. Fede revivió al cantante y eso en una banda es vital».
Explenden nació en tiempos en los que el CD todavía era el rey del formato de escucha de las canciones, la piratería y el mp3 hicieron lo suyo al poco tiempo, y años más tarde comenzaron a ganar terreno las plataformas digitales, las que comandan hoy en día el mercado. «El otro día me enteré que tenemos un oyente en Filipinas», se sorprende entre risas. «Incomprobable total, ridículo incluso, pero si llega a ser cierto es excelente. Pero bueno, nadie va más al parque a buscar un disco. Tenemos un censo perfecto de quiénes y dónde nos escuchan, pero no tenemos gente en la calle. Y la verdad es que la música circula mejor por la calle que por las redes. Cumple mejor su función teniendo dos personas sentadas en una disquería o en una plaza que en un celular con auriculares».
La cuestión funcional no es la única que le parece que perdió la batalla para el cantante sino, también, hace hincapié en algo más profundo: «Se pierde todo el romanticismo, esa es la violencia implícita de todas las plataformas, del negocio, de las empresas: a todo se le va quitando el romanticismo. Tiene que ser rápido, con un perfil económico que de rentabilidad, que seduzca y que vuelva estúpidos a todos. Las plataformas digitales me dan una sensación de poco, porque te dicen que te escucharon 5 mil personas, ¡guau! ¿Y? ¿Quiénes son esos 5 mil? ¿Dónde están? Son una insatisfacción total, me dan pura insatisfacción».
El cara a cara sobrevive y, entonces, la cita ideal para ver a Explenden será el próximo viernes 15 de noviembre en el Salón Pueyrredón, mítico lugar para la escena punk porteña, con entradas ya disponibles que se pueden conseguir en Alpogo. «Es el espacio de punk rock para tocar en Capital, está buenísimo, yo personalmente aprecio mucho a los dueños, siempre estamos cómodos y es un espacio que me encanta contribuir a su agenda. Quiero estar en la agenda del Salón Pueyrredón siempre porque es el lugar donde tiene que estar la música que hacemos nosotros. Está todo bien con tocar en otros lugares, pero no tenemos que dejar de apoyar a los espacios que son para nosotros, porque cuando el mercado nos diga de nuevo que no podemos estar en el boliche del sistema, no estamos más y nos pasan por encima de vuelta».