«Nada es privado», virtual y real

Haber visto el documental «Nada es privado» en la situación actual de nuestro país, en épocas de elecciones, claramente obliga a detenerme a pensar lo que sucede y que también puede pasarnos a nosotros: datos personales violados por medio de Facebook y otras plataformas virtuales. De confirmarse esto estaría en problemas, me transformaría en una ermitaña y me quedaría sin redes sociales, tarjetas bancarias y todo lo que se asemeje a entregar mis datos personales, por lo tanto sería «yo» y «el mundo» en la otra punta.

El desarrollo de la conectividad es un éxito, por un lado, y las redes son el «guardián de nuestros recuerdos». Además, suelen ser «terapeutas» para no sentirnos tan solos. Por otra parte, claramente puede resultar un peligro, ya que entregamos nuestros datos de diferentes formas, por ejemplo, mediante compras online, la tarjeta que usamos para los medios de locomoción, tarjetas en cajeros automáticos y en cada movimiento que hacemos entregamos datos de forma automática y no estamos atentos a leer los términos y condiciones.

¿Cómo pudo pasar que el sueño de un mundo interconectado nos haya dividido socialmente? Con cada «me gusta», tus miedos y tus éxitos, son de alguna forma un paso para que un desconocido conozca tu perfil psicológico y pueda, a partir de ahí, manipular tus sentimientos, emociones y, si no está bien clara tu ideología política, en segundos pueda cambiar tu voto.

Nuestro celular nos escucha cuando hablamos con alguien y, aunque esté desconectado, cuando lo tomamos nos sale información de lo que estuvimos conversando con alguien minutos antes. Si sigo pensando y escribiendo creo que estoy cada vez más cerca de cerrar mi vida digital, bancaria y de traslado para transformarme en una persona que vive de la caza y la pesca en el medio de una isla desierta.

En «Nada es privado» el tema principal es la campaña electoral de Donald Trump en 2016, y pude entender sobre la manipulación psicológica que existe en instancias electorales y no llegamos a darnos cuenta de que esto lo están haciendo de forma continua con cada uno de nosotros. Si aún no viste el documental, me gustaría contarte de qué trata.

El proyecto «Alamo» es el lugar donde se instalaron las plataformas digitales como Google, YouTube, Facebook y Cambridge Analytica. Esta última es la compañía que manipuló el uso de datos de las personas, ya que la misma contaba con 5.000 data points de cada elector americano.

Alexander Nix era el CEO de Cambridge Analytica y fue el responsable de que la campaña electoral de Ted Cruz, oponente de Trump, brillara por medio de la estrategia que esta empresa usó para su postulación. En primer término, Cruz tenía el índice más bajo en las estadísticas electorales y de un momento a otro su proyección política avanzó. En algunos diarios de Estados Unidos salieron artículos destacando la presencia de Cambridge Analytica al relacionar manipulación psicológica electoral en sus campañas, es entonces donde comienza a jugar un papel importante en la campaña de Trump, donde su principal oponente era Hillary Clinton. Trump ganó las elecciones del 2016 y la compañía se destacó a nivel mundial: no había dudas que arrasaron en todos los niveles, su prestigio fue único y su posicionamiento pudo verse en meses.

Carole Cadwalldr, periodista de investigación de The Guardian, investigó sobre Cambridge Analytica y así llegó a Steve Bannon, director de la campaña de Trump y vicedirector de Cambridge Analytica. Él fue uno de los responsables de contarle a Carol cómo usaron herramientas tales como inteligencia artificial y cómo extraían datos de Facebook. «Es increíble cómo la gente deja sus datos en Facebook y la cantidad de información que manejamos con solo ver el contenido que ellos nos proporcionan en sus redes, blogs, anuncios». Bannon tiene una filosofía muy especial: «Si querés cambiar los principios básicos de una sociedad primero debes destruirla para después darle forma a una sociedad nueva».

Cristopher Wylie es el fundador de Cambridge Analytica, administra datos y manejo de información y aseguró: «Es una empresa que ofrece un servicio completo de propaganda, no solo es una empresa de análisis científico o de datos que manejan un conjunto de algoritmos».

Cambridge Analytica extraía datos de los ciudadanos de Estados Unidos, lo hacían invasivamente sin importar la ética, observaban cada perfil de Facebook y buscaban sus publicaciones, su estado civil, su familia, las publicaciones de sus amigos quienes también eran espiados, porque no solo les interesaba la ideología política sino también el perfil psicológico de cada votante. Ningún ciudadano sabía que sus datos era obtenidos de esta forma, nunca les importó entender que la información era personal e íntima, y claramente estaban jugando con la mente de todo un país, sin su conocimiento y consentimiento, y lo hacían bajo un estado muy particular, un estado en situación democrática.

Además, sacaban los estados de los ciudadanos dependiendo el lugar donde vivían y donde la campaña no era exitosa, entonces tenían en cuenta estos datos y comenzaron a diseñar contenidos y bombardearon por medio de blogs, artículos, sitios web y videos hasta que vieran el mundo como querían y votaran al candidato que ellos quisieran. «Nos enviás tus datos, los analizamos y los devolvemos como un mensaje personalizado para cambiar tu comportamiento».

Espero no haberte asustado al leer este artículo, pero creo que si tenemos en cuenta esto deberías pensar seriamente qué formularios llenar cuando te llega una notificación de Facebook, por ejemplo, o un test que suena divertido. Reflexioná sobre qué tipo de información personal les otorgás, como así también alguna encuesta que te llega vía mail.