Nueva Zelanda nuevamente será el finalista de la Copa Mundial de Rugby tras vencer a Sudáfrica por un ajustado resultado de 20-18.
Bajo una lluvia incesante en Londres, los All Blacks repiten el protagonismo en la máxima cita del rugby, luego de dejar en el camino a unos Springboks que mejoraron mucho su juego con respecto a los encuentros anteriores, aunque no alcanzó (por poco) para pasar a la instancia decisiva.
Con un juego cauto por parte de ambos seleccionados, quienes abrieron el marcador fueron los sudafricanos, con un penal de Handré Pollard a solo 3 minutos de comenzada la primera semifinal. Pero Nueva Zelanda respondió inmediatamente, ya que con un try de Jerome Kaino y la correspondiente conversión de Dan Carter, los de negro dieron vuelta el tablero para poner las cosas 7-3.
Con el orgullo dañado, Pollard (en tres oportunidades) volvió a colocar arriba a Sudáfrica, que se fue al descanso con el juego 12-7.
Al volver al rectángulo los All Blacks se acercaron con un drop de Carter y dieron vuelta el resultado con un try de Beauden Barrett y conversión de Carter. Con el partido 17-12, los minutos que quedaron mostraron a dos equipos medidos y con la sensación de quien se equivocaba lo pagaba con una derrota.
Pese a que Sudáfrica descontó por medio de Pollard, Nueva Zelanda se adueñaba del terreno y tenía en Carter al responsable de volver a poner la distancia necesaria para brindar seguridad y solidificar el triunfo que los depositaría en la final. De poco sirvió el penal de Pat Lambie a los 69 minutos, más que para poner el marcador final de 20-18 para los neocelandeses.
De esta forma, los All Blacks jugarán su cuarta final de Copa Mundial, tras la disputa en 1987, 1995 y la última edición en 2011 que los tuvo como vencedores en su propia tierra. Además, irán por el campeonato consecutivo, algo que ningún seleccionado logró hasta el momento.