Como gesto de la hermandad entre los pueblos, este martes por la noche el Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires fue brasilero y el Cristo Redentor ubicado en el Corcovado, en Rio de Janeiro, se vistió con colores argentinos.
Esta original iniciativa fue propuesta por el Instituto Nacional de Promoción Turística (INPROTUR) y el Ministerio de Turismo de Rio, y lo curioso es que inmediatamente después de la acción promocional el clima también coincidió, ya que la temperatura descendió en ambas ciudades, el viento se hizo presente y la lluvia bañó ambos monumentos.
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