Sin margen para alguna duda, el Millonario se consagró nuevamente campeón de la Copa Libertadores tras golear 3 a 0 a Tigres de México.
De película. De este modo se puede definir el camino y las situaciones que tuvo que recorrer, afrontar y vivir River Plate para alzar la copa luego de 19 largos años, donde a la institución le pasó absolutamente de todo. También podemos adjudicar la definición a la mismísima final de vuelta que se definió en nuestro país. El estadio estuvo repleto y la salida de los jugadores forjó que todas las tribunas estallarán, para crear una fiesta inolvidable y digna de un final feliz de cualquier film. El clima también dijo presente, la lluvia incesante que cayó durante gran parte de la noche le dio un dramatismo extra al partido y el momento de consagración pasó a ser épico. No solo en el campo de juego, donde los jugadores levantaron la copa y dieron la vuelta olímpica en un colectivo descapotable por alrededor de la cancha, sino también por los miles y miles de hinchas que no pudieron acceder al estadio por no tener entradas y otros que, simplemente, no tuvieron la posibilidad de concurrir y se dirigieron directamente al Obelisco, a pesar de la lluvia que seguía en la medianoche y no daba tregua.
El primer puesto le sienta bien al conjunto de Núñez ya que, a pesar de clasificar por la ventana en la zona de grupos, demostró que fue el mejor a lo largo del torneo, se sobrepuso a diferentes adversidades y mostró un carácter característico en los últimos años, cuando tienen enfrente instancias cruciales y decisivas. Marcelo Gallardo fue el que llevó a los jugadores a conseguir una identidad: ir al frente, atacar, presionar bien arriba, defender con dientes apretados y, sobre todo, los mentalizó a través de la convicción para no darse por vencidos nunca y tener un espíritu ganador.
El partido contra el equipo mexicano no fue la excepción. Su equipo podía jugar bien o mal por momentos, pero mostró que personalidad no les faltó para jugar una final. De hecho, el primer tiempo fue parejo y hasta tuvo algún que otro susto en el fondo, pero de tanto insistir a los 45 minutos llegó la apertura del marcador tras una jugada extraordinaria de Lionel Vangioni, que le propinó un centro perfecto a Lucas Alario que mandó a guardar de palomita la pelota hacia la red y venció el arco de Nahuel Guzmán que, hasta ese momento, parecía imbatible. Al visitante el gol le cayó como un balde de agua fría. Ya en el segundo tiempo, River con la ventaja y una mayor tranquilidad, manejó la pelota y aguantó bien los embates del rival, hasta que a los 20′ llegó el penal a Carlos Sánchez que, como contra Boca Juniors, se encargó de ejecutar y hacer delirar a todos los presentes, porque con el 2 a 0 consumado la copa ya se no se podía escapar. Luego la frutilla del postre fue el gol de cabeza de Ramiro Funes Mori a los 33′ que desató la fiesta total y el «dale campeón».
El destino se detuvo en Avenida Figueroa Alcorta. Con la lluvia, como en aquella noche en 1986. Dirigentes, jugadores e hinchas escribieron un nuevo capítulo glorioso para dejar atrás la página negra que lo hizo caer al infierno allá por el 2011. Ahora pueden tocar el cielo con las manos y aún pueden ir por más gloria futbolera. Un campeonato y un camino que transcurrió River y que deja en claro que no se dieron por vencidos ni aún vencidos y, de esa manera, lograron el trofeo más importante del continente.
Algunos datos
La conseguida es la tercera Copa Libertadores de River. Las anteriores habían sido en 1986 y 1996. En ambos casos enfrentó a América de Cali de Colombia y definió la serie de local. Desde 2014 River ganó el torneo local, la Copa Sudamericana, Copa Campeonato, Recopa, Súpercopa Euroamericana (aún no oficial) y esta Copa Libertadores.
Además, vale recordar que Leonardo Ponzio, Jonathan Maidana, Carlos Sánchez y Fernando Cavenaghi jugaron en la Primera B Nacional. Sánchez se convirtió en el máximo goleador de River en finales internacionales: 3 (al igual que Marcelo Salas) y Marcelo Gallardo fue campeón de la Copa Libertadores como jugador y ahora como entrenador.