Stone Giant: "vivimos en un constante desafío"

Stone Giant es una banda de rock clásico ensamblada en Boston Massachusetts, pero sus cuatros integrantes nacieron en diferentes partes del mundo. El cantante y guitarrista Sebastián Fernández, nacido en Argentina, está acompañado por el brasilero Joao Nogueira en teclados, el bajista portugués Pedro Zappa y por el baterista chileno Pepe Hidalgo. Se conocieron estudiando música en Berklee y hubo, desde el primer día de clases, una conexión fuerte entre Joao y Sebastián, basada en que ambos escuchaban a las mismas bandas y querían hacer un grupo de rock.
Pasaron ya más de cuatro años de este encuentro y Stone Giant hoy día tiene un disco con temas propios cargados de riffs e influencias pero con un sonido original, fuerte y crudo. Ya han tocado alrededor de los Estados Unidos y este 2016 llegaron a Argentina y Chile para participar de las últimas ediciones de Lollapalooza.
Este octubre vuelven a Argentina para presentarse el 23 de octubre en el Personal Fest, el 27 en el Teatro Vorterix, el 28 en Studio Theatre de Córdoba y el 29 en Elvis en Río Cuarto.
Por eso, Sebastián Fernández se tomó un rato para responder algunas preguntas sobre música, influencias, presente y futuro de la banda.

¿Cuál es el origen del nombre de la banda?

«Necesitábamos un nombre y Joao (el tecladista) vio en ‘The Hobbit’ que en una parte aparecen unos gigantes de piedra a los que llaman Stone Giants. Lo propuso y como sonaba legendario quedó.»
Qué disco más potente es el homónimo, cargado de historia y presente de la música.

¿Cómo fue el proceso de creación? ¿Tenían todo preparado antes de grabar o surgieron cosas en el estudio?

«El proceso de creación fue uno largo. Desde el día en que establecimos el grupo a mitad de 2013 estuvimos componiendo y tocando, y en 2014 dijimos que necesitábamos grabar un disco porque como banda es algo necesario. Teníamos una lista de 30 temas y bajamos a una lista de 12.
Una vez que encontramos con quién grabar nos reunimos con Fernando Lodeiro, que es ingeniero, y reservamos Water Music en New Jersey. Lo reservamos por dos semanas y vivíamos ahí porque te cierran el estudio para vos. El primer día seteás todo y como dormís ahí podés grabar desde la mañana hasta la noche, porque el estudio es ‘tuyo’. Como fuimos ya sabiendo completamente lo que teníamos que hacer se grabó todo con mucho orden. Primero todos juntos, después las baterías, después las guitarras, teclados y los últimos días las voces.
Además, en este primer disco salen todas las influencias, fue como vomitar todas las cosas que teníamos. Es por esto que salió este sonido donde se ven reflejadas las bandas que nos gustan. Para el segundo disco seguramente va a estar más establecido nuestro estilo. Queremos largarlo más potente y quizás con un sonido más crudo, más rock, no como este que tiene mucha producción.»
Se notan unas influencias fuertes e incluso algunos mini homenajes en el disco.

¿Cómo describirían sus influencias?

«Yo creo que como cualquier arte, uno nace de cierta influencia y en base a eso crea su propio sonido. Nosotros mezclamos mucho lo que es el rock clásico porque, por ejemplo, Joao y yo escuchamos mucho toda esa movida bien old school como Led Zeppelin, Black Sabbath, Deep Purple, Stevie Ray Vaughan, Jimi Hendrix, The Rolling Stones y Pink Floyd pero, por otro lado, Pedro viene más del nuevo rock del estilo de Muse o Queens of the Stone Age. Se puede decir que nos mantiene contemporáneos. Creo que los ‘homenajes’ se meten inconscientemente pero, en definitiva, el collage de influencias generó este sonido que sale principalmente del rock clásico.»
Tienen una estética muy setentosa y suenan muy hard rock aunque a veces pasean por el grunge y el progresivo.

¿Cuánto les sirvió estudiar música para llegar a este sonido particular?

«No sé si fue estudiar música lo que nos hizo llegar a este sonido pero sí nos creó cierto orden y cierta prolijidad al componer y al tocar que hace que constantemente, entre todos, nos desafiemos a ser mejores. Somos muy estrictos a la hora de tocar y de componer. Tampoco es que solamente porque estudiamos música tenemos este sonido, porque la realidad es que lo que hacemos es un poco rebelde con respecto a lo que enseñan y, en definitiva, nos movemos más hacia la esencia de lo que nos acercó a la música que a lo de la escuela en sí.»

¿Qué los unió como banda? ¿La música que escuchaban o la que querían hacer?

Con Joao nos conocimos en la primera semana de clase, nos dimos cuenta que nos gustaba la misma música y que él es tecladista y yo guitarrista. Esa coincidencia en gustos nos llevó a querer armar algo juntos. Hoy en día cuando busco músicos me interesa que tengamos la misma raíz musical. Entonces creo que lo que principalmente nos unió fueron las influencias de las mismas bandas de rock y que cuando vimos que juntos podíamos llegar a ese nivel y sonar así fue cuando el vínculo se puso más fuerte. Entonces te diría que nos unieron las dos cosas.»

La influencia de Led Zeppelin es muy fuerte, ¿cómo se sintió tocar frente a Jimmy Page?

«Sí, la verdad que Jimmy por lo menos en mi vida fue una figura muy grande porque lo conocí tiempo atrás y tuve y tengo una relación personal con su familia. Jimmy Page siempre fue una de mis grandes influencias. Cuando tocaba en Argentina antes de venir para Estados Unidos veía sus shows en vivo porque esa crudeza es lo que más me llamaba. Me encanta cómo llevaron el blues a un lugar tan fuerte, tan potente, con ese sonido donde se complementaron todos. También hizo darme cuenta de lo importante que es el ‘rythm section’ en una banda, la conexión de la batería con el bajo fue gran parte de lo que hizo que Zeppelin fuera Zeppelin. Fijate que se murió Bonzo y la banda no existió más.
Con respecto a tocar enfrente suyo fue una experiencia muy loca. A Jimmy Page lo conocí cuando tenía 18 años en Londres en su casa, donde me hizo un par de preguntas y también toqué enfrente suyo. Me acuerdo que después de ese viaje me dije que lo iba a volver a encontrar por mis propios medios. En Berklee cuando la gente se gradúa hace una ceremonia y le dan como un doctorado a artistas grandes como David Bowie, B.B. King o Steven Tyler. A partir de mi conexión con Jimmy propuse llevarlo a Berklee. Fue una tremenda experiencia, muy loca, porque después de haber dicho que volvería a encontrarlo pudimos armar ese evento, donde fue reconocido como artista y terminamos tocando en un estadio con él en la cuarta fila y sonriendo. Fue algo medio espiritual, como que estuve en piloto automático y me miraba a mí, tocando para Jimmy y por primera vez en un estadio para 10 mil personas. La ola de energía que sentí con el primer aplauso fue algo que nunca había sentido. Fue, probablemente, de lo más grande que hemos hecho y no sé si alguna vez haremos algo así de vuelta.»

¿Te ves pronto en una gira grande ustedes solos?

«Ya hemos hecho acá en Estados Unidos, de manera chica. Tocamos para 300, 3.000. Viajamos desde New York hasta Nashville parando como en 15 ciudades. Pero una gira grande sí me veo. Ahora vamos a Argentina y tocamos en Vorterix y Córdoba. Yo creo que entre el año que viene y el otro la banda va a crecer muchísimo. Lo más importante que nos puede pasar en este momento es seguir entrando a festivales. sería ideal poder abrirle la gira a una banda grande porque te hace crecer enormemente. Vamos a seguir en busca de festivales y de abrir a bandas grandes, pero estamos confiados que dentro de poco vamos a estar nosotros ahí si no, ¿para qué hace uno esto? Queremos ver hasta dónde podemos llegar y constantemente nos ponemos esa meta.»

¿Cuál es la importancia de tener una sola guitarra en la banda y cuál es la importancia del tecladista?

«Siempre fui de seguir bandas de una sola guitarra y eso expande lo que podés hacer con ella. El tener una sola guitarra te expande el espacio para hacer lo que quieras porque con dos tenés que estar coordinando todo el tiempo con la otra. Y, obviamente, como tenemos un teclado hay que aprender a complementarlo, porque en cierto punto es como tener dos guitarras. Tal vez al principio los dos tocábamos demasiado encima del otro pero una vez que empezamos a conocer nuestra conexión empezamos a complementarnos. Cuando yo canto quizás no toco y Joao con el teclado llena el espacio. Está más pensado en complementarnos más que en estar tocando los dos todo el tiempo. Me parece que un teclado más dos guitarras sería demasiado y perderíamos la crudeza que buscamos. El teclado en la banda hace que el sonido sea bastante único y que sea una banda de rock pero que hace que digas ‘esto es medio loco’ porque no estás acostumbrado a escuchar algo así.»

¿Cuál es la relación de la banda con la música argentina y rioplatense?

«En la banda no escuchan mucha música argentina aunque sí les he mostrado a Pappo. Todo lo que es Pappo’s Blues me encanta. ‘Algo ha cambiado’ y ‘Sucio y desprolijo’ suenan similar a Black Sabbath, a Ozzy, con guitarras muy setentosas tipo Jimmy Page. Él escuchaba esas cosas, estoy seguro, así que claramente tiene ese sonido. Escuché poco de Pescado Rabioso pero lo que escuché tiene esa vibra que me atrae del Carpo.
Además, me parece que Pappo fue el músico argentino que pudo llegar a ese sonido de Black Sabbath, Zeppelin, Hendrix, más que cualquier otro. Todos los demás son músicos que han influenciado muchísimo a la música latinoamericana como Charly García, Fito Páez o Soda Stereo, pero tienen un sonido más argento. O como los Redondos, que tienen un sonido más Rolling Stone. Pero a Pappo cuando lo escucho le siento ese sonido que me pone la piel de gallina. Tiene la esencia del classic rock de Inglaterra que es el que me gusta a mi y es por eso que le tengo tanto cariño.»