Tiempo extra en Medio Oriente

El sábado pasado se cumplió el tiempo límite entre Israel y Hezbollah para la ocupación del territorio sur del Líbano por parte de las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF).

El 26 de enero era el plazo máximo que tenían estas fuerzas para retirarse de las aldeas del sur y dejar que el ejército libanés tomara posesión, así los habitantes del lugar regresarían lentamente para llegar a una paz que logre que los residentes del sur del Líbano puedan reconstruir sus viviendas y que puedan volver, también, sus ciudadanos en el norte de Israel.

El 7 de octubre no solo marcó el comienzo de un conflicto entre Hamas e Israel sino que, al día siguiente, comenzó otro conflicto inesperado pero latente entre Hezbollah e Israel, pero en la frontera sur. Si bien Hezbollah acusa a Israel de haber provocado el inicio del intercambio de disparos entre ambas partes, Israel acusa a Hezbollah (el brazo armado del partido político de Dios) de haber comenzado el conflicto en ese sector, como excusa para aprovecharse que Israel tenía su atención en lo que ocurría en la Franja de Gaza.

El «intercambio» comenzó con disparos entre las fuerzas israelíes y Hezbollah apostados en lo ancho y largo de la frontera sur del Líbano, donde también tienen presencia las fuerzas de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (UNIFIL). Desde ese día hasta noviembre del 2024, el conflicto fue creciendo, y la avanzada del ejército israelí en territorio libanés se dio aproximadamente en septiembre del 2024, cuando empezaría una ofensiva que, entre otros, terminaría con la vida del exlíder de Hezbollah, Nasam Nasralla, quien fue abatido en los suburbios de Beirut junto a otros líderes del partido.

Cuando la situación se ponía más y más tensa y los tanques israelíes comenzaban su avanzada kilómetros adentro del Líbano, las intervenciones de Estados Unidos y otros mediadores hicieron que se llegara a un alto al fuego definitivo en noviembre del año pasado. Desde aquel entonces, a nivel político se eligió presidente en el Líbano y luego de dos años de ausencia hay un mandatario con quien la comunidad internacional puede negociar.

Este alto al fuego tenía una fecha límite, que fue el domingo 26 de enero de 2025, en el cual los ciudadanos del sur comenzaron a regresar a las aldeas y ciudades, donde se encontraron con algunos vestigios del ejército israelí aún en dicho territorio. Los pobladores regresaron en masa y, a pesar de la advertencia del ejército libanés, muchos se encontraron con situaciones de tensión, cara a cara con tanques y soldados.

El resultado del regreso de los civiles a las zonas destruidas por el ejército israelí es de 25 personas fallecidas y más de 80 heridos, entre ellas se encontraban dos soldados libaneses.

Por otra parte, la asunción de Donald Trump en la presidencia de Estados Unidos también empezó a tener eco en los distintos conflictos que tiene Israel por delante: en la frontera libanesa-israelí, el ejército no respetó el límite de tiempo para retirarse completamente de suelo libanés e hizo unas llamadas a la Casa Blanca para pedir quedarse 60 días más. Desde Washington dieron la negativa y entre llamados de Donald Trump y el presidente libanés Aoun, se fijaron 21 días más de permanencia de las fuerzas israelíes y posteriormente deberán retirarse por completo.

Las últimas declaraciones de Trump sobre «limpiar» Gaza sonaron extraño, y podrían ser un mensaje brutal para la estabilización de Medio Oriente. Así como de no respetar los próximos 21 días del acuerdo entre Líbano e Israel podrían desencadenar nuevamente en otro conflicto en esta zona. A esto hay que sumarle que Trump autorizó la compra de bombas pesadas de más de 900 kilos para Israel, argumentando que es para defensa. Ya vimos cómo terminan esas bombas y la utilización que se dio: destrucción y más destrucción. El acuerdo tiene un tiempo extra, habrá que ver si se respeta o se siguen violando los tratados entre ambas partes, que dan resultados desastrosos para la humanidad.

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