Un torneo que genera insomnio

Ya sea por el horario que limita a los argentinos o por el despliegue de los protagonistas, el primer grande del año siempre da mucha tela para cortar. Es que el Abierto de Australia encaja perfecto en la ecuación de todo entrenador para la preparación del jugador.
En este Grand Slam, el primero de 2017, los tenistas llegan frescos, con la raqueta suelta y con la mente despejada. Podríamos decir que la excepción serían Andy Murray (número 1 del ranking ATP) y Novak Djokovic (2º), que venían de tener una batalla en Doha y se despidieron pronto del torneo que se disputa en Melbourne. El serbio cayó ante Denis Istomin, mientras que el líder del ranking sufrió lo propio ante Mischa Zverev.
Pero este año tenístico prometía desde el vamos. Roger Federer (17º) y Rafael Nadal (9º) se asomaron en el amanecer de Melbourne para ir por todo y no pretenden que este sea un torneo más para ellos: ni de paseo ni para sumar rodaje. Nada de eso. El suizo, ganador de 17 Grand Slams, avanzó a la semifinal del certamen donde esperará a Stanislas Wawrinka (4º), precisamente otro suizo al que la palabra Grand Slam le cae más que bien.

Los semifinalistas

Por su parte, el español Rafael Nadal se enfrentó en la madrugada argentina al canadiense Milos Raonic (3º) en busca del pasaje a las semis, lugar al que también anhelaban llegar Grigor Dimitrov (15º) y David Goffin (11º), y al que el búlgaro accedió tras quedarse con la victoria ante el belga por 6-3, 6-2 y 6-4. Su rival será Nadal, que logró el pasaje a la instancia ante Raonic por 6-4, 7-6 y 6-4.
Hasta el top 15 el nivel es más que parejo, los partidos se definen por detalles y el peso psicológico es vital. La experiencia también juega un rol determinante en estas circunstancias. El Abierto de Australia entró en etapa de definición y es un hecho que habrá un suizo en la final. Puede ser la raqueta de Roger Federer y todo lo que eso implica, o el tirador de fondo Stanislas Wawrinka.
Lo que también es una posibilidad, y se llevaría los flashes del mundo entero, sería una posible final entre Roger y Nadal. En este estilo de competición se enfrentaron ocho veces en finales con seis victorias para el español y dos para el suizo. Quién diría que en el regreso se encuentren en la definición por la gloria, el domingo, más precisamente en Melbourne. La carpeta azul, el estadio Rod Laver, la cámara encendida y ellos enfrentados.
Artículo especialmente elaborado para puntocero por Lucas Camilo Alfieri.