«El aroma del pasto recién cortado«, dirigida por Celina Murga, plantea la historia de Pablo y Natalia, dos profesores cuyos respectivos matrimonios están en crisis. Cada uno empezará un romance que desatará cambios en sus vidas y abrirá debate sobre las relaciones de pareja, los vínculos desgastados y las diferencias a la hora de enfrentar un problema.
La película instala dos relatos prácticamente idénticos en simultáneo, trazando paralelismos y diferencias en el universo de cada protagonista. Lo que comienza como un elemento de unión y continuidad, termina instalando una sensación de repetición poco justificada o al menos poco efectiva.
Las actuaciones, entre las cuales se encuentran las de Joaquín Furriel y Marina de Tavira, se destacan por su precisión y naturalidad. A su vez, se ven algo desaprovechadas por lo desgastante de la reiteración y la sensación de que estas historias no tienen un punto de llegada claro.
De esta forma, la película siembra ideas interesantes sugiriendo una reflexión sobre las dinámicas de pareja, el hastío de la cotidianeidad y los efectos en el entorno familiar y laboral. Sin embargo, sus buenas intenciones se ven opacadas por la falta de un tercer acto que concluya alguno de los puntos planteados o resalte el arco de al menos alguno de sus personajes.