Nuestro vecino país deberá votar nuevamente para elegir al sucesor de José Mujica en la presidencia, ya que en la primera vuelta ninguno de los candidatos logró superar más del 50% de los votos.
La corte electoral uruguaya dio a conocer los datos del escrutinio primario, que le otorgan el 47,8% de los votos (1.094.269 sufragios) al candidato del oficialista Frente Amplio, Tabaré Vázquez, y un 30,1% (709.284 votos) a Luis Lacalle Pou, del Partido Blanco. De esta forma, los dos candidatos accedieron al ballotage que se realizará el 30 de noviembre. Posteriormente se ubicaron Pedro Bordaberry (Partido Colorado) con 296.530 votos (13%), Pablo Mieres (Partido Independiente) con 70.112 sufragios (3,1%).
Además de presidente, se eligieron los nuevos integrantes del Congreso Nacional, 31 senadores y 99 diputados. Cuando se termine el escrutinio definitivo se sabrá si el oficialismo mantiene la mayoría parlamentaria. Se especula con que lograría ese objetivo, ya que la distribución de los escaños se hace en base al total de votos válidos (excluidos blancos y anulados), con lo cual el porcentaje sería aún mayor.
Con respecto a la segunda vuelta, ya se empieza a tratar de dilucidar o intuir para cuál de los competidores volcarán sus preferencias los candidatos que no participen del ballotage. En el caso del Partido Colorado, Bordaberry anunció que respaldará a Lacalle Pou con el objetivo de sacar del gobierno al Frente Amplio. Esta agrupación está en el poder desde hace 10 años con mayoría legislativa. El Partido Independiente, que obtendría tres diputados y un senador, todavía no ha dado a conocer qué sugerirá a sus simpatizantes.
Tras conocerse los primeros guarismos que lo daban como ganador, Tabaré Vázquez señaló: «Tendremos que ir al balotaje, sabemos que las campañas resultan aburridas y tediosas, pero la ley así lo dictamina e iremos en busca del triunfo. En este momento decimos que nos pondremos a trabajar para buscar todos los consensos políticos y sociales para que este país tenga una mejor calidad de vida». Por su parte, Lacalle Pou dijo: «En Uruguay estamos rumbo a que en un mes se resuelva quién va a ser el presidente de la república. Dijimos que veníamos a gobernar, por eso vamos a hablar con todos los sectores mientras nuestra propuesta no se desdibuje. Si somos gobierno es porque somos mejores y no es porque los otros sean malos».
Por otra parte, a los ciudadanos se los consultó sobre la rebaja de la edad de imputabilidad a los 16 años desde los 18 actuales. Este referéndum resultó contrario, por lo cual no habrá ninguna modificación en ese tema. La propuesta introducía una reforma constitucional por la cual a partir los 16 años de edad se hubiera podido condenar penalmente a una persona por delitos graves. Esta iniciativa fue criticada por la izquierda y organizaciones sociales. La propuesta logró el 47,14% de los sufragios con lo cual, al no superar la mitad de los votos, no será puesta en marcha.
Los integrantes de la Comisión por el «No a la baja» celebraron el resultado y afirmaron que a los jóvenes uruguayos «se le debe dar alternativas» para que haya una «convivencia pacífica» en el país y no «encarcelarlos cada vez con menos edad».
«Los niveles de exclusión del sistema educativo formal, la segregación en el tema vivienda, la falta de propuestas promocionales, la explotación sexual y la violencia doméstica, entre otros, afectan a muchos adolescentes uruguayos y los empujan al límite de la delincuencia», señalaron los miembros de la entidad.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 37,8% de los menores de 6 años en Uruguay vive en hogares cuyos ingresos no alcanzan a satisfacer sus necesidades básicas. En Montevideo, donde reside la mitad de los 3,4 millones de habitantes del país, la incidencia de la pobreza en el tramo de edad inicial alcanza al 44,1% y llega a 43,7% en los niños de entre 6 y 12 años.