90 días dijeron desde la Inteligencia norteamericana, haciendo referencia a los que tardaría el talibán en llegar a Kabul. Una más que desacertada por la rápida aceleración del grupo radical, luego de que el pasado viernes tomara control de una de las ciudades más cercanas a Kabul y que comunica directamente a la capital. Sin darle tiempo a las decenas de delegaciones internacionales de varias embajadas para que puedan retirarse del territorio, los talibanes tomaron el control entre el domingo 15 y lunes 16 de agosto.
Se replican por medios de todo el planeta las escenas de los talibanes ingresando al Parlamento afgano, a la Casa de Gobierno y a muchos otros lugares, sin resistencia alguna. Misteriosamente, y eso es lo que más llama la atención, no se produjeron intercambios de disparos entre los afganos que estaban en el poder y los talibanes.
En la noche del 15 de agosto, el ejército norteamericano rodeó el aeropuerto para brindar seguridad y que pudiesen escapar del territorio afgano sin ningún problema, de hecho, se concedió la posibilidad de viajar sin necesidad de un visado previo. Así es como afganos podían huir a Canadá o Gran Bretaña y fue así como la población se agolpó sobre el aeropuerto en forma de estampida.
Más de 6 mil soldados de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos defendieron la retirada de sus compatriotas que estaban apostados en embajadas y otros establecimientos, y así pudiesen retirarse sin problemas. Según la agencia internacional de noticias Reuters, una muchedumbre de personas se acercó al aeropuerto internacional de Kabul y, entre estos, algunos talibanes encubiertos que los Marines «liquidaron» por portar armas.
Además, se difundieron las escenas de pánico en el aeropuerto que mostraban miles de personas intentando subirse a aviones, produciendo un colapso sobre las pistas y que hayan decidido volar de todas maneras con pasajeros sobre el limite de su capacidad. También en la mañana del 16 de agosto, pudieron verse aviones de la Fuerza Aérea estadounidense carretear sobre la pista con miles de afganos, pero la orden fue despegar igual. Fue así como algunos jóvenes se colgaron de donde pudieron y en las imágenes se pudo observar cómo en el aire y desde los aviones caían algunas personas que perdieron la vida.
Se estima que por lo menos 5 personas fallecieron al caer desde el aire y otras por las estampidas en el aeropuerto. Mas del 90% del territorio afgano está controlado por los talibanes que pueden verse en el ingreso al Parlamento afgano, como así también imágenes «en tono de comedia» como en autitos chocadores.
Las declaraciones de parte de los talibanes a medios internacionales aseguran que la nueva forma de gobierno no está definida, pero que en esta nueva etapa no vivirán aislados del mundo, a pesar de que su último mandato fue previo a la invasión del 2001 y se asemeja más a una dictadura extremista a un gobierno abierto al diálogo.
Desde distintos países hicieron llegar sus voces, por un lado, que se respete la salida de todos aquellos que deseen irse, así como también que se respeten los derechos humanos, sobre todo de niñas y mujeres.
Durante este lunes, el Presidente de los Estados Unidos debió volver de sus vacaciones ante la situación extrema que se vive en Afganistán, haciendo declaraciones un poco confusas: por un lado, al afirmar que las tropas presentes en ese país se debieron a un acuerdo de la administración de Donald Trump que debía respetar y que de a poco se irían. También se lamentó de que el ejército afgano al cual entrenaron durante 20 años no haya resistido lo mínimo ante el talibán, el pueblo es quien debe ocuparse y se lo vio decepcionado por el accionar de las tropas afganas, así como del expresidente que debió huir del país. Asimismo, se expresó al manifestar que “el colapso del país fue más rápido de lo pensado”.
Durante estos 20 años se invirtieron millones de dólares en armamento, en entrenamiento de sus fuerzas y el resultado fue una débil oposición al avance talibán. La democracia instalada en dicho país no sirvió de mucho, a pesar de un traspaso de gobierno, que desencadenó en una frágil política que llevó en parte a esta situación.
Otras voces que se hicieron oír llegaron desde la Unión Europea (UE). Angela Merkel se pronunció sobre una posible oleada migratoria masiva a países vecinos y que los ayudarían a que esto no suceda. En tanto desde Francia, Emmanuel Macron expresó: “Afganistán no puede volverse un santuario del terrorismo”. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) también se mostró preocupada por la posible violación a los derechos humanos.
Ninguna religión es mala, pero sí lo es cómo la implementan aquellos grupos extremistas y que hacen de esta una herramienta para su poder. Afganistán está en peligro humanitario y sus niñas, niños y mujeres también lo están. Por ejemplo, con leyes estrictas que obligan a mujeres mayores de 40 años solteras a ser esposas de los talibanes, así como hijas menores también se ofrecen a milicianos para ser sus esposas, entre otras atrocidades. Terribles violaciones a los derechos humanos pueden producirse de la mano de estos grupos, hasta una posible vía de rearmarse al Estado Islámico (ISIS), que podría reagruparse en Afganistán.
Estados Unidos y Gran Bretaña son parte responsable de lo que está ocurriendo: allá por 2001 cuando decidieron invadir un país que no oponía resistencia con el motivo de vengar los atentados a las Torres Gemelas y acusar a Osama Bin Laden de ser el autor material de dichos ataques, que años después abatirían en el vecino Pakistán. También son culpables de no realizar nada positivo contra dicho poder talibán. Muertes, desequilibrio, y un arsenal de armas que ahora poseen los talibanes son algunas de las consecuencias de un plan sin plan.