El postergado traspaso de los subtes

Disputas históricas: la provincia de Buenos Aires contra el Gobierno Nacional. La Capital Federal, actual Ciudad Autónoma de Buenos Aires versus el Estado. Se trata de una problemática con larga data: la aduana, la representación en el Congreso… pareciera que con el tiempo van cambiando los contenidos, pero no finalizan las disputas. Rivalidad vieja, contenido actualizado.
Pasó un año de la firma del acta en la que el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, se comprometió a hacerse cargo del servicio de subtes de la ciudad. Ya estamos algo (y mal) acostumbrados a que ciertos tiempos se estiren como chicles. Como si el tiempo legal a veces fuera más extenso que el tiempo narrativo e incluso que el cíclico.
Lo que sí sucedió en el último año fue llevar la tarifa de 1,10 a 2,50 pesos, así como reiterados inconvenientes para los usuarios. Finalmente hoy, la legislatura porteña aprobó el traspaso del servicio. Esto se logró luego de nada menos que 14 (sí, catorce) horas de debate en sesión extraordinaria.

Más allá del problema específico del subte, que viene siendo noticia en el último (y amplio) tiempo, es llamativa la frase que trascendió hoy del General Juan Domingo Perón: «Ser intendente es tarea muy difícil, pues mientras yo como presidente solo me ocupo de dos cosas: la política exterior y la interior, el Intendente de Buenos Aires debe ocuparse de tres: Alumbrado, Barrido y Limpieza». Podría ser una frase que leamos mañana en el diario, y no es porque las funciones son las mismas, justamente, sino porque en gran medida la rivalidad, la descalificación y la comparación están muy vivas.
Para concluir con otra frase de Perón un tanto más positiva: «El que gana conduce y el que pierde acompaña». Si esto se lograra, todo funcionaría mejor. Y acompañar no implica estar fuera de la órbita de mayor poder, atento para poner palos en la difícil rueda que a veces gira con dificultad. Tampoco estar aguardando el momento del error o el fracaso para remarcarlo. Acompañar es entender que hay un fin mayor que amerita el acompañamiento. La obstaculización como forma de hacer política nos perjudica a todos.