Seguimos avanzando en este 2015 electoral. Este fin de semana fue el turno de la provincia de Neuquén y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Con una pequeña diferencia. Mientras que en la provincia patagónica se elegía directamente gobernador sin instancias intermedias, en la capital del país se estrenaba la herramienta de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).
La ola amarilla
Cambiemos el orden para dar la información y utilicemos la cuestión del peso electoral y del impacto político que tiene una y otra. En Buenos Aires se jugaba gran parte del futuro político de Mauricio Macri que, tras ocho años de ejercer el ejecutivo porteño, debía dejar paso a un nuevo Jefe de Gobierno. En ese camino dio un respaldo explícito, tal vez mayor al aconsejado, a uno de los dos candidatos de su partido. Afortunadamente para él le salió bien, ya que Horacio Rodríguez Larreta fue el precandidato más votado.
El actual Jefe de Gabinete porteño sacó un 28,4% de los votos contra un 18,9 de su rival interna, Gabriela Michetti. Esto fortalece a Macri, quien se jugó fuerte. Además de reconocer tempranamente su derrota, Michetti adelantó que no será la acompañante en la fórmula del PRO. Recordemos que, a diferencia de las PASO nacionales, en la ciudad el ganador tiene 48 horas para decidir quién será su compañero de fórmula.
Este último acto quedó más explicito en ECO, donde ganó Martín Lousteau con el 17,8% y se colocó muy por encima del 4,1 de Graciela Ocaña y del 0,3 de Andrés Borthagaray. Precisamente, Ocaña había señalado que de triunfar le pediría a Lousteau que sea su candidato a vicejefe. Habrá que ver si la situación se cumple en el orden contrario, pero se especula con que Ocaña tendría alguna función en un futuro gobierno de Lousteau. Igualmente, para esto deberá dar una dura pelea porque a nivel global los números favorecen ampliamente al oficialismo municipal.
El Frente para la Victoria presentó un amplio abanico de candidatos, siete en total. Sin embargo, era casi cantado que el ganador en esta contienda sería el presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, quien fue apoyado sin palabras pero sí con muchos gestos por la presidente Cristina Fernández de Kirchner. Recalde sacó un 12,3%, relegando a Gabriela Cerruti y Aníbal Ibarra, que rondaron el 2%. Muy lejos quedaron Carlos Heller, Gustavo López, Víctor Ramos y Carlos Oviedo (estuvieron entre un 0,5 y un 0,2 por ciento).
La Izquierda fue a las primarias con varias agrupaciones partidarias pero que la mayoría no dirimía internas. Solamente dos pasaron el piso del 1,5% para poder competir el 5 de julio. Una fue Myriam Bregman (del FIT), que llegó al 2,2 por ciento, y el otro fue el eterno Luis Zamora, que llegó al 2%. El MST Nueva Izquierda postuló a Héctor Bidonde, Maru Lópes, Martín Torres y Sergio García. El actor ganó la interna con el 0,4 por ciento pero en conjunto tampoco hubieran superado el piso mínimo.
Otra agrupación que tuvo disputa interna pero que quedó afuera fue SurGEN, que llevó a Humberto Tumini y a Sergio Abrevaya: ambos llegaron al 0,2%.
Por el lado de Claudio Lozano (Camino Popular), Gustavo Vera (Bien Común), Pablo Ferreyra (ALBA) y Manuela Castañeira (Nuevo Mas), la aventura electoral también terminó, ya que no llegaron al piso mínimo. El que lo arañó fue Lozano con 1,4. Otros que quedaron afuera fueron Leonardo Fabre (Bien Común), Humberto Piragini (Movimiento Federal), Ramiro Vasena (Bandera Federal) e Ivo Cutzarida (Es Posible).
Para lo último, por sus posibles implicancias, dejamos a Guillermo Nielsen, quien compitió por el massista Frente Renovador, que tampoco superó el piso del 1,5%. Si bien el candidato había dejado en claro que la idea es crecer y posicionar la fuerza, no es menos cierto que el no haber superado el corte es un golpe para las aspiraciones presidenciales de Sergio Massa, que se suma a la caída de su propia imagen en las encuestas presidenciales.
Solo internas
A nivel global, los tres primeros en la elección primaria porteña fueron el PRO con el 47,3%, segundo ECO con 22,3% que relegó al FpV al tercer lugar con el 18,7%. Igualmente no está de más aclarar algo: hasta ahora nadie ganó nada, solo el derecho a participar de la elección general del 5 de julio. Aquellos que ganaron una interna deberán apuntar a los votantes de su partido pero no propios para sumar votos.
A grandes rasgos uno podría ver que el PRO tiene casi un 50 por ciento y Rodríguez Larreta deberá buscar superar ese número y ganar en primera vuelta para que el PRO siga gobernando. Por el lado de ECO y el FpV es una tarea más ardua, ya que además de no dispersar sus votos, algo que no suele pasar en las nacionales, deberán buscar en gente que no los votó a quienes les puedan sumar para intentar arrebatar la Jefatura de Gobierno al macrismo.
Neuquén sigue en manos del MPN
Tal como las encuestas lo anunciaban, el gobernante Movimiento Popular Neuquino retuvo la gobernación provincial como viene sucediendo hace más de 50 años. Omar Gutiérrez logró un el 37,81% de los votos. De esta manera, el exministro de Economía de Jorge Sapag se transformó en el primer gobernador electo del año.
Segundo quedó el candidato del Frente para la Victoria, Ramón Rioseco, con un 28,87% de los sufragios, mientras que en tercer lugar se ubicó Héctor «Pechi» Quiroga, postulante del la alianza Nuevo Compromiso Neuquino-PRO-Unión Cívica Radical, quien alcanzó un 19,43%.
Detrás de los principales competidores se ubicó Gabriela Suppicich, del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT); Raúl Dobrusin, del Frente Popular; Ricardo Villar, de la alianza PS-CC-ARI; Alcides Christiansen, del Nuevo MAS, y Priscila Otton, del MST-NI.
Pese a la ceniza que provocó la erupción del volcán Calbuco y que afecta a la zona, los comicios no se suspendieron. Hay que remarcar que no hay PASO en la provincia, por lo que con estos resultados el actual mandatario Jorge Sapag ya sabe el nombre de su sucesor.