Cerveza regulada

De aprobarse la iniciativa presentada por los legisladores de Vamos Juntos (Roberto Quattromano, Francisco Quintana, Daniel Del Sol, Cristina García y Mercedes De las Casas), la Ciudad de Buenos Aires se sumaría a los distritos en los cuales la cerveza artesanal tendría controles más estrictos para su producción y comercialización.
Los diputados manifestaron su preocupación por las condiciones en las que se produce y se vende el producto y, ante el vacío legal en la materia, indicaron que su iniciativa busca «garantizar la higienización de todo el sistema de fraccionado de cervezas y de los envases que se utilicen para dispensarlas a granel, tanto las cervezas tiradas con el modo de choperas como las artesanales que se fraccionan a pedido del consumidor y que pueden ser envasadas para su consumo fuera del comercio».

«Una actividad que crece»

Quattromano, autor del texto y quien culminó su mandato en este recambio legislativo, explicó que lo que se quiere es «darle un marco regulatorio a una actividad que crece a pasos agigantados en la Ciudad y notamos la ausencia de una normativa que la contemple. Es una iniciativa positiva tanto para vendedores como para consumidores».
En los considerandos del proyecto se establece que los dueños de los locales autorizados a expender cerveza artesanal «deberán aprovisionar sus máquinas de expendio de cerveza tirada o artesanal con los robinetes, las canillas y los demás elementos del sistema de fraccionamiento, fabricados en acero inoxidable o aluminio convenientemente tratado para no alterar el contenido. Los recipientes accesorios también podrán estar fabricados en vidrio. Las tuberías podrán ser de manguera atóxica mallada u otros materiales permitidos y aprobados por la autoridad de aplicación, según las especificaciones del Código Alimentario Nacional».

El consumidor

En cuanto a los sistemas para rellenar los envases, se determina que los mismos o recipientes provistos por los clientes para la compra de cerveza deberán ser de vidrio o de acero inoxidable con tapa hermética. «Los usuarios que provean sus propios envases o recipientes para obtener la cerveza artesanal serán responsables de higienizarlos previamente conforme las normas y recomendaciones de salubridad vigentes, a fin de asegurar la eliminación de elementos patógenos, y certificar la limpieza interior y exterior de los mismos en procura de resguardar la calidad y conservación adecuada del producto», se menciona en el texto.

El proveedor

En lo que hace a los envases provistos por el local, se expresa que los growlers «podrán ser de vidrio y además se permitirá el expendio en envases descartables». El proyecto de ordenanza especifica que la totalidad del proceso de llenado, sellado y precintado de la cerveza se realizará a la vista del público y bajo la supervisión directa del comprador. También se indica que «dicho procedimiento deberá reglamentarse para que se asegure la inviolabilidad del envase, evitar la adulteración de su contenido y mantener la pureza de la bebida mientras el recipiente no sea abierto para el consumo».
Otro de los co autores del proyecto, Daniel Del Sol, indicó que «es necesario establecer una adecuada regulación y así garantizar que el producto sea apto para el consumo porque cada vez hay más emprendimientos de este tipo. El consumo de cerveza tirada y artesanal es un hábito que ya está instalado en la Ciudad. Creemos que esta ley fortalecerá la actividad porque brindará mayor seguridad higiénica y bromatológica».

Resistencia y Rosario

En otras ciudades ya rigen o están en debate proyectos similares al de Buenos Aires. En Resistencia, capital de Chaco, el Concejo Deliberante sancionó en noviembre un proyecto de ordenanza de la concejal María Cecilia Baroni (PJ) por el cual se establece que toda persona que elabore cerveza artesanal deberá contar con acreditación de conocimientos en materia de «manipulación higiénica de alimentos» que otorgará la autoridad de aplicación correspondiente y deberá disponer de la libreta sanitaria vigente. Los emprendedores que elaboren cerveza artesanal, según los requisitos estipulados por el Código Alimentario Argentino, serán quienes produzcan hasta veinte mil litros mensuales.
Además, Baroni remarcó que «las reglamentaciones municipales vigentes no contienen normas que sean directamente aplicables a este tipo de elaboración, generando dificultades al momento de solicitar la correspondiente habilitación municipal». La concejal mencionó el incremento de la participación en la Fiesta de la Cerveza realizada en la ciudad en los últimos dos años y cree que esto es un indicio de la necesidad de regular la actividad.
La habilitación tendrá una vigencia, en cualquiera de sus categorías, de dos años y será prorrogable siempre y cuando mantenga los requisitos previamente establecidos, pudiendo ser revocada o suspendida por la autoridad de aplicación en caso de corresponder. Por su parte, la habilitación para la elaboración de cerveza artesanal podrá ser autorizada tanto en zona urbana como industrial.

Crecimiento ordenado del sector

El envase deberá exhibir un rótulo en el que se señale «hecha en Resistencia» que certifica, de esta manera, que el producto fue elaborado conforme a los procesos autorizados por la Dirección de Bromatología. También deberá señalarse la siguiente información: lista de ingredientes, graduación alcohólica, lema de «Prohibida su venta a menores de 18 años», fecha de elaboración, vencimiento y número de lote.
En Rosario, el propio titular de la Cámara Rosarina de Cerveceros Artesanales, Guillermo Martínez, aseguró que «es necesaria una regulación» de la producción, fraccionamiento y venta de la bebida para poder llegar a un crecimiento ordenado del sector.
En el Concejo Deliberante rosarino la comisión de Producción inició el debate del proyecto. Uno de los impulsores de la iniciativa, Enrique Estévez, señaló que trabaja en un proyecto que apunta específicamente a la venta y a la recarga de los denominados «growlers». Al respecto, el edil indicó que se convocó en su momento a productores locales de la bebida con la intención de incorporar su opinión en la iniciativa y también se pidió la palabra al Instituto del Alimento. Además, señaló que busca apuntalar aspectos preventivos sobre la manipulación de la bebida y su producción.
El concejal socialista manifestó que «junto con la Cámara (Rosarina de Cerveceros Artesanales) y el Instituto del Alimento de Rosario estamos elaborando un proyecto de ordenanza que regule la venta minorista de cerveza fraccionada en envases retornables de hasta 2,5 litros, para su consumo fuera del establecimiento, que son los llamados botellones de cerveza». Estévez remarcó que «la recarga de cerveza en botellones para consumir fuera del lugar de expendio se ha extendido y vemos necesario reglamentarlo a fin de resguardar tanto los derechos de los consumidores para cuidar el mercado de la cerveza artesanal que viene creciendo notablemente».
Finalmente, el edil consideró necesario que la futura ordenanza «regule respecto a la higiene de los botellones para su consumo en óptimas condiciones y que los clientes conozcan quién es el fabricante y ciertos datos de importancia de la bebida que se va a embotellar».