Como si fuera un cuento

Esta es una historia que comenzó hace 10 años y 8 meses, cuando una madre en búsqueda de justicia y coraje, enfrentando amenazas y poniendo en riesgo su vida, emprendió la búsqueda de su hija María de los Ángeles, conocida como «Marita» Verón.
Es la historia de una joven que en 2002 salió de su casa para una consulta médica y nunca más regresó. Su madre pasó por miles de situaciones horrorosas, amenazas a ella y su familia y, sin embargo, el amor inmenso hacia su hija hizo que nunca baje los brazos al igual que su nieta Micaela, que también busca a su mamá y se ha sumado a este pedido.
Durante esta búsqueda, Susana Trimarco se infiltró en redes de trata, conoció a chicas que se encontraban en situación de explotación, se dedicó a desenmascarar una a una a estas personas que fueron partícipes de la venta de su hija que, casualmente, se mueven dentro de la impunidad dentro y fuera de Tucumán con negocios turbios que financian con “dinero sucio” proveniente de la trata, venta de drogas, corrupción, etc., en los cuales están involucrados personajes de renombre… un entramado que no tiene fin.

A pesar de la angustia, la impotencia y las amenazas, la lucha por saber dónde está Marita no se ha frenado. Esta historia comenzó a tener difusión mediática instalando el tema en la sociedad, inclusive una novela emitida por uno de los canales importantes de nuestro país basó su relato en esta historia.
En estos años de búsqueda miles de mujeres (gracias a este caso) se animaron a denunciar a sus explotadores, se animaron a pedir ayuda y junto con la Fundación María de los Ángeles se rescataron miles de mujeres. Encontraron así un lugar en el cual encuentran ayuda y refugio, inclusive con sus hijos. Ayudan a las miles de Marita Verón que, a lo largo de nuestro país, día a día son engañadas con diferentes excusas o llevadas a la fuerza y sometidas a explotación sexual en las condiciones más inhumanas que cada uno se pueda imaginar.
La trata es un tema del cual ninguno puede estar ajeno. Marita puede ser tu hija, tu hermana, tu nieta, tu amiga, todas las mujeres. No demos vuelta la cara, es simple, sin clientes no hay trata.
Ayer, muchos de los que estábamos pendientes de la sentencia creíamos que al menos una parte de la historia llegaba a su fin, se iba a hacer justicia después de estos años de búsqueda. Los trece imputados estaban sentados en el banquillo: María Jesús Rivero, Víctor Rivero, Daniela Milhein, Alejandro González, Irma Medina, José “Chenga” Gómez, Gonzalo “Chenguita” Gómez, Mariana Bustos, Pascual Andrada, Paola Gaitán, Juan Derobertis, Carlos Luna, Azucena Márquez. Después de diez meses que duró el proceso, después de haber escuchado los más de ciento cincuenta testimonios que probaban que ellos eran los culpables de la desaparición.
Lamentablemente, los jueces Alberto Piedrabuena, Emilio Herrera Molina y Eduardo Romero Lascano resolvieron absolver a los imputados y recién el 18 de diciembre se darán a conocer los fundamentos de esta sentencia.
Hoy la indignación de que hayan quedado libres inunda los medios y las redes sociales, y también la solidaridad de muchos políticos, quienes podrían recordar por qué la Ley de Trata perdió estado parlamentario y esos hombres que hoy se muestran indignados, recuerden que han pagado por sexo y nunca más pisen un prostíbulo.
Ayer no hubo justicia, como ocurre y ocurrió en miles de casos como el de Marita. Este tema nos involucra a todos, no nos callemos, animémonos a denunciar, ayudemos a esta y otras historias para que, como en los cuentos, puedan tener su final feliz.
 

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