Crónica de un día violento

Este miércoles, la habitual marcha de jubilados frente al Congreso para pedir por una mejora en los ingresos mensuales (reciben aproximadamente un cuarto de lo requerido para cubrir sus gastos) contó con el apoyo de miles de personas identificadas con camisetas de clubes de fútbol, luego de la iniciativa de un grupo de hinchas de Chacarita Juniors la semana anterior para acompañar a un jubilado simpatizante del «Funebrero».

La manifestación, que todos los miércoles es reprimida por las fuerzas de seguridad que encabeza Patricia Bullrich, terminó con más de 114 detenidos, liberados cerca de la medianoche por orden de la jueza Karina Andrade. Varios de estos fueron contenidos en vehículos policiales por más de 6 horas, sin posibilidad de contacto con el exterior o siquiera ir al baño. El vocero presidencial los acusó de «destrozar la Ciudad de Buenos Aires y atacar» a gendarmes y policías. Una jubilada de 87 años, Beatriz Bianco, fue golpeada por un uniformado y su consecuente caída le provocó un golpe en su cabeza. Al respecto del accionar (que fue registrado en video), el jefe de Gabinete de Ministros, Guillermo Francos, dijo públicamente que se cayó sola. El «policía se defendió» de «la jubilada patotera», explicó la ministra de Seguridad responsable del operativo, Patricia Bullrich.

Además, la violencia impartida desde el aparato represivo del Estado terminó con la internación en grave estado del fotógrafo Pablo Grillo, quien recibió el disparo de un cartucho de gas lacrimógeno en el cráneo, que provocó pérdida de masa encefálica y su inmediata internación en el Hospital Ramos Mejía. Patricia Bullrich, justificó la violencia hacia el fotoperiodista y lo acusó de ser «militante kirchnerista». «Este tipo de episodios generan estas consecuencias, estos accidentes no previstos. La Policía no le tira a una persona un gas, tira para que caiga y genere la salida de los revoltosos, para desconcentrarlos», aseguró Francos. Bullrich minimizó el hecho y expresó que «es consecuencia de los que generan violencia y que van a tener como respuesta la represión del Estado».

La violencia vista en las calles no se detuvo al caer el sol, ya que varias columnas de vecinos porteños salieron por la noche a cacerolear y acercarse a diferentes puntos de la ciudad para mostrar su posición ante lo acontecido por la tarde. Grupos marcharon por las avenidas hacia el Obelisco y Plaza de Mayo, por ejemplo. Vale mencionar que en la cobertura realizada arrojaron desde un edificio un elemento contundente (parecido a un cartucho de tinta de impresora) que se estrelló contra el techo de un auto, a la altura de Avenida Corrientes y Acevedo, en Almagro. La mala puntería me permite escribir estas líneas sin inconvenientes.

En cuanto al fallo de la jueza Karina Andrade, argumentó que manifestarse es un derecho «del sistema democrático» y esto es «garantía fundamental para que los ciudadanos expresen sus ideas, critiquen a sus representantes y peticionen ante las autoridades». Además, recalcó que los adultos mayores gozan de una protección especial en la Constitución Nacional y en la Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, que fue incorporada en la Carta Magna mediante la Ley 27.700.

De todas maneras, Guillermo Francos afirmó que quienes reflejaron su descontento ante las políticas del Gobierno Nacional, «buscan este camino, que es desestabilizar a partir de la utilización de la violencia, y la represión policial, que es lo que corresponde para mantener el orden».

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