¿El 50+1 es viable para el fútbol argentino?

Sin lugar a dudas, una de las discusiones en agenda en el fútbol argentino en este último tiempo es si las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) sí o SAD no, como siempre pasa en Argentina, se cae en los extremos o en la grieta, no pensando en algo intermedio o que busque un equilibrio.

En Alemania se intentó hacer algo novedoso en cuanto a las SAD en lo que refiere al mundo del fútbol. ¿De qué trata esta iniciativa? De un sistema mixto entre los inversores económicos, magnates y la masa societaria, que son los socios.

Esta forma poco común hace que los socios no pierdan su capacidad como actores sociales en la vida de un club. ¿De qué manera? Planteándose un denominado 50+1 voto. De esta manera, no se le da la totalidad de acción al ente o empresa que desee ingresar al club. Solo existe una cláusula a este modelo y es cuando el Presidente pasó como mínimo 20 años en el cargo y, de esta manera, se convierte socio mayoritario del club.

Es una normativa que nació en el año 1998 y que se implementó poco, teniendo en cuenta la cantidad de años que esta tiene. Alguno de los ejemplos que tomaron esta vía son los equipos de RB Leipzig, Wolfburg, Bayern Leverkusen y Hoffenheim, los cuales son duramente criticados por el resto de los equipos de la Bundesliga.

Precisamente, Hoffenheim fue el único de los anteriores mencionados en hacer valer la cláusula tras los 20 años de mandato de su presidente Martin Kind, quien perdió su cargo de manera democrática en el año 2019.

Tal vez alguien se pregunte: ¿qué tiene que ver esto con el futbol argentino? Bastante. Este tipo de modelos se puede plantear solo en lugares o países en los cuales la masa societaria de los clubes es grande y definitoria. De esta manera, no se perdería eso tan importante que tienen los clubes en Argentina, que es su parte social, no solo el punto de vista de los socios sino su aporte a la sociedad en sí misma.

Acá no se trata de poner en jaque alguna de las dos posturas sino al revés, pensar un escenario donde ambas «patas» viven en armonía: los socios y las inversiones.

Artículo elaborado especialmente para puntocero por Martín Lacroze.