El amor desmesurado de Daniela Horovitz

La cantautora y compositora estudió su oficio en la Escuela de Música Popular de Avellaneda y perfeccionó sus técnicas vocales con profesores particulares. Estuvo tres años en Brasil, donde aprendió la música local y se entusiasmó tanto que hasta integró algunas bandas con ritmos de ese país. Formó parte de Los Amados y, finalmente, llegaron sus discos como solista, en los que mezcla géneros como el folclore y el jazz.
Daniela canta desde chiquita, para ella es lo más natural del mundo. El primer recuerdo que guarda relacionado con su deseo de ser cantante fue un día en el que el padre, quien fue fotógrafo de Editorial Atlántida, la llevó a hacer una nota. «Tenía siete años, me preguntaron qué quería ser cuando fuera grande y yo respondí con total convicción: cantante. Cuando me pedían que cante, yo lo hacía, no tenía vergüenza, nunca me sentí inhibida para cantar», recuerda.
De niña tenía la fantasía que su banda favorita la iba a descubrir y convocarla para formar parte del grupo. «Era fanática de Viudas e Hijas de Roque Enroll, las escuchaba y me imaginaba cosas locas, como que estaba cantando en el balcón, me veían y me llamaban para cantar con ellas».
Sobre su arte, Daniela contó, entre sonrisas, que hay mucho de sus historias en las letras. «Es bastante autobiográfico pero no solo con respecto al amor, a veces me inspiro en personas que me llaman la atención, por ejemplo, tengo escritas dos canciones a dos amigas que representan lo que ellas son».
A esta altura de su carrera ya tiene un camino recorrido. Conoció a muchos músicos y compartió escenarios con ellos de una u otra forma. También fue tomando distintos rumbos, en este nuevo trabajo sus temas suenan más eléctricos, cuenta con pocos músicos en el escenario y cambió su forma de preparar las canciones. «Mis discos anteriores venían muy orquestados y, de pronto, me dieron ganas de hacer algo más rockero, no está todo escrito, sino que se va armando en los ensayos».

Daniela está trabajando en dos nuevos proyectos

«El primero es un álbum que se llama ‘Un disco negro, música para relatos de amor y muerte’. Son musicalizaciones mías sobre distintos autores del mundo como Edgar Allan Poe, Joseph Conrad, Alejandra Pizarnik, Shakespeare, San Juan de la Cruz y Leopoldo Lugones, entre otros. El otro es todo un espectáculo sobre Safo de Lesbos, voy a musicalizar sus poemas y me gustaría montarlo con mujeres que toquen el violonchelo y la flauta y una bailarina. Va a tener una estética teatral, y la bailarina, que es una novedad para mis espectáculos, va a estar uniendo todo», asegura entusiasmada.
También dice que Fefe Botti, con quien trabajó en otras oportunidades y tocará el bajo en este espectáculo, le propuso a dos músicos amigos completar el equipo: «Renzo Baltuzzi, un excelente guitarrista rosarino, y Ariel Sánchez, bajista y percusionista muy talentoso», describe Daniela a sus nuevos compañeros.
En estos días podemos ver a la artista en su nuevo show «Del amor desmesurado», en el que no solo presentará sus dos discos como solista «Y del amor no supe nada» y «Desmesura». «Además, va a estar presente un invitado que para mí es muy significativo, porque es alguien que yo siempre coloqué entre los referentes musicales, una persona a la que yo admiro profundamente desde hace años y soy su fan, que es Leo Maslíah. Vamos a hacer algunos temas solos y después él va a tocar con la banda. Por último, voy a hacer una pequeña sesión acústica con Renzo a dos guitarras, música que le puse a los poemas de Safo de Lesbos», explica la cantautora.
Seguramente en esta oportunidad, una vez más, con su creatividad, voz descomunal y carisma Daniela nos deslumbrará a todos. Será un show imperdible.