Este martes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer que más de mil millones de personas padecen trastornos de salud mental.
En consecuencia, «algunas de estas afecciones, como la ansiedad y la depresión, generan enormes costos humanos y económicos. Aunque muchos países reforzaron sus políticas y programas de salud mental, es preciso aumentar la inversión y acción en todo el mundo para ampliar los servicios destinados a proteger y promover la salud mental de las personas», afirma el comunicado de la entidad. Al respecto, vale recordar que el gobierno de Javier Milei anunció que dejó de formar parte de la OMS en febrero pasado.
Además, el texto del organismo asegura que los trastornos de salud mental como la ansiedad y la depresión «afectan a todas las edades y todos los niveles de ingresos» y «constituyen la segunda causa de discapacidad prolongada, aumentan el número de años de vida saludable perdidos, generan gastos en atención de salud para las personas y las familias afectadas y ocasionan pérdidas económicas sustanciales en todo el mundo». Asimismo, las estadísticas indican que cerca de 727.000 personas anualmente se suicidan y la mayoría son jóvenes.
En nuestro país, la discapacidad y salud mental se encuentra en agenda por la filtración de audios de Karina Milei, secretaria general de Presidencia y hermana del mandatario, quien solicitaba 3% de coimas para lograr acceso a licitaciones con el Gobierno Nacional de empresas de medicina prepaga. Como consecuencia del escándalo, fue despedido el director ejecutivo de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), Diego Spagnuolo, y este lunes se emitió un comunicado que amenaza con iniciar acciones legales a todo periodista que difunda estos audios. Pero nada sobre las acciones que implican a Karina Milei.
Por otra parte, el director general de la OMS, Tedros Ghebreyesus, manifestó que «la transformación de los servicios de salud mental es uno de los desafíos más urgentes para la salud pública. Invertir en salud mental significa invertir en las personas, las sociedades y las economías. Es una medida que ningún país puede permitirse descuidar: todos los gobiernos y dirigentes tienen la responsabilidad de actuar con urgencia y garantizar que la atención a la salud mental no se considere un privilegio, sino un derecho básico para todos». Pese a esto, solo 45% de los países cumplen con normas internacionales de derechos humanos.
En cuanto al impacto económico de los trastornos de salud mental, el documento estima que «la depresión y la ansiedad cuestan a la economía mundial alrededor de un billón de dólares al año», por lo que «estos datos ponen de manifiesto la necesidad urgente de mantener la inversión, dar mayor prioridad a la salud mental y fomentar la colaboración multisectorial para ampliar el acceso a la atención, reducir la estigmatización y abordar las causas profundas de estas afecciones». Otro dato a tener en cuenta por parte de la administración actual en nuestro país: en febrero de este año, el Gobierno Nacional debió retractarse de su iniciativa de categorizar de «idiotas», «imbéciles» y «débiles mentales» a los distintos tipos de discapacidad cognitiva o intelectual.
A esto se agrega que el Presupuesto 2025 redujo 30,5% los aportes para ANDIS en relación al año anterior (actualmente de 3.194.482 millones de pesos), según datos presentados por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ). Mientras en los periodos que van de 2018 a 2023 se ejecutó más del 98% del presupuesto asignado, en 2024 cayó al 61,8%. «Los recursos proyectados de la ANDIS para 2025 se distribuyen en 6 programas, de forma muy desigual. El 73,75% del presupuesto se destina a las pensiones no contributivas, mientras que el 25,5% se destina a la atención médica de sus beneficiarios y beneficiarias (Incluir Salud). Ambos programas abarcan un 99,24% del presupuesto total de la ANDIS. Esto significa que solo 0,76% de los recursos están presupuestados para promover otro tipo de políticas que garanticen otros derechos de las personas con discapacidad», detallaron desde ACIJ.
Finalmente, cabe destacar que luego de 5 años, el apoyo a la salud mental y psicosocial como parte de la respuesta a las emergencias pasó del 39% a 80% de los países. «También aumentó la disponibilidad de servicios ambulatorios de salud mental y de telemedicina, aunque el acceso a ellos sigue siendo desigual».

Soy comunicador visual y social. Hace más de 30 años descubrí la magia de la radio y, desde entonces, la disfruto tanto como escribir, como una simple charla, un buen vino o el fútbol. Profe de Análisis Crítico de los Medios y de Marketing Digital. Empezar de cero es volver a ponerle el máximo de energía y entusiasmo a cada proyecto o desafío.