El fin del drama y las sombras

Para los que se quedaron un poco dormidos, el 13 de abril del 2014 será conocido oficialmente como “el principio del fin”, por lo menos para los fanáticos de «Mad Men». Esta séptima y última temporada estará dividida en dos mitades de 6 y 7 capítulos cada una. La primera se llamará ”The beginning”y la otra “The End» o «Fan Era”. Este titulo no solamente hace referencia a la serie misma sino a la década, ya que esta última temporada se lleva a cabo en los comienzos de la década del 70. Así lo pudimos ver con los pósters presentados hace un par de semanas. Muchas patillas, minis y botas altas, bigotes y algún que otro pantalón Oxford.
La sexta temporada terminó dejándonos con varias dudas y esperemos que en los capítulos venideros puedan solucionarse. El final de la temporada nos dejó con un Don Draper queriendo irse de New York, luego de sentirse acorralado por un espiral de excesos relacionados con la bebida y las mujeres. Si bien esto no es novedad para Don, últimamente se le estaba pasando la mano. Luego de que su hija lo encontrara con su vecina, la relación entre ellos nunca pudo mejorar y esto es uno de los problemas que lo acosan. Su matrimonio con Megan no está pasando por su mejor momento, por eso quiere alejarse de todos sus problemas en la agobiante New York de finales de los 60 y comenzar de nuevo en la soleada Los Angeles. Pero cuando parece tener la decisión tomada, su nuevo socio Ted Chaough le suplica que lo deje irse a él a California, creyendo que esa es su única posibilidad de salvar su matrimonio y mantenerse lo más alejado posible de Peggy y toda la tentación que ella representa. Don tendrá que luchar con sus demonios, su pasado y su incierto futuro para recuperar el amor de Megan y volver a encarrilar su vida, si eso es lo que él quiere. En esta nueva temporada esperamos que otras historias, como la de Joan y Roger, tengan su esperado desenlace.
«Mad Men» es una serie que desde el comienzo coqueteó con la muerte… todos los personajes están rodeados de muerte. No solamente intenta explicar cómo funciona la sociedad americana de los 60 sino que hace una gran metáfora de la actualidad. La escenografía y el vestuario siempre se mantuvieron en la línea de lo espectacular, excepcional y cronológicamente adecuado, pero eso es solo un detalle. Es una serie oscura, pesada, con un clima constantemente denso que, cuando uno lo ve por primera vez no genera un enamoramiento, pero cuando uno intenta deshacerse de él se da cuenta que es imposible. No hay personajes buenos ni malos, solamente complicados, retratados con una habilidad asombrosa.
Como advertencia para futuros adictos a «Mad Men» recomiendo no ver más de 3 capítulos seguidos, créanme que no he podido seguir mi propio consejo y las consecuencias son fatales.
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