El mundo se puso raro

Después de muchas negociaciones, Axel Kiciloff consiguió su ley impositiva pero, como siempre, la guita no va a alcanzar. ¿Y si nuestros dirigentes bajan algunos de sus gastos? Mientras Estados Unidos e Irán siguen tirándose bombas mutuamente, Venezuela sigue siendo el delirante reino de Nicolás Maduro. Ah, nos olvidábamos de algo… nombramientos por chupamedismo mediático.

Noticias de la Gorra

Salió la ley impositiva de la provincia de Buenos Aires, pero al gobernador Axel Kiciloff no le gustó una mierda los achures que le metieron y ya abre el paraguas avisando que no va alcanzar la guita… sobre todo a los que vamos a tener que pagar 75% de incremento de impuestos.

Volvieron los Precios Cuidados y pasaron de 50 a 30 productos, pero se fueron los cuchuflitos y volvieron las primeras marcas. Porque no es lo mismo ser pobre con Manaos que con Coca-Cola.

Intercambio de bombazos entre Estados Unidos e Irán: los yankis mataron al capo de la milicia iraní y, como respuesta, les llovieron 12 misiles en una base militar… unos aseguran que mataron a 80 personas y Donald Trump dice que no les picó ni un mosquito. De todas formas, parece que el culo algo le picó porque salió a poner paños fríos y a pedir diálogo.

Donde también está todo muy normal es en Venezuela. El delirante Nicolás Maduro mandó a los milicos al parlamento para impedir el ingreso de la oposición para que voten al presidente de la cámara. El otro delirante presidente autoproclamado, Juan Guaidó, se quiso trepar por las rejas y lo bajaron de un hondazo. 48 horas después, cual barra bravas de Laferrere, entraron a jurar a la fuerza pero les cortaron la luz. Creemos que un enfrentamiento entre alumnos del Nacional y el Pellegrini tiene más recursos que estos bananeros.

Desde Argentina, y siguiendo la línea panquequeana de Alberto Fernández, nuestro canciller gauchesco condenó a Maduro por su accionar, pero para que no se enojen tanto echó a la mierda a la embajadora que mando Guaidó. En cualquier momento bombardeamos Irán y construimos un monumento al Ayatola en la Avenida 9 de Julio.

Al que le llegó la reactivación económica es al periodista Diego Brancatelli que, como premio por bancar la parada 4 años, pegó un cargo en la Municipalidad de Pilar… la famosa meritocracia fálica.

El exjuez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni, cumplió 80 años y los festejó mandando una invitación con un poema autodedicado… y llenó su casa de famosos, entre el que estaba Andrés Calamaro que, para homenajear el reciente documental sobre Nisman, se sacó una foto en el baño y aclaró: «El baño no es gran cosa, pero tengo más espacio que Nisman».

Otra famosa que volvió a mostrar su empatía brillante en macro economía fue Susana Giménez, que pidió dejar de hablar de pobreza y que los pobres vayan al campo.