Una semana más y, como para distender el clima, el Gobierno decidió impulsar una comisión para proponer una reforma judicial, que incluye más juzgados y analizar cómo trabaja la Corte Suprema. Todo muy normal en medio de una pandemia que no sabemos cómo ni cuándo va a terminar. Por supuesto, la oposición se opuso y el mismo Presidente contradijo lo que sostenía hace un tiempo. En la provincia, Mario Ishii les consiguió un laburo extra a las ambulancias: repartir falopa. Y, al igual que cuando era presidente, a Mauricio Macri no le importa nada y se fugó a Francia.
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Como parece que no pasa nada y somos Finlandia, el Gobierno metió en la agenda la reforma judicial, que consta de la creación de 23 nuevos juzgados, además de crear una comisión para analizar el funcionamiento, entre otras cosas, de la Corte Suprema.
Lo que más ruido hace es que hayan elegido justo este momento de quilombo epidemiológico y económico para tirar este temita. La oposición jugó su papel de oponerse a cualquier cosa y, sin siquiera escuchar la propuesta, dijo que era toda una movida para que Cristina Fernández de Kirchner no vaya presa y liberar a todos los corruptos. Lo que derivó, obviamente, en un cacerolazo de rebeldes de balcón.
Otro tema que llama la atención son los integrantes de la comisión que se encargaría de tirarle mierda a la, ya tapada por mierda, Corte Suprema, que estará compuesta por un interesante grupo de abogados de pasado ultra kirchnerista. Todo muy normal.
Lo más curioso de toda esta movida es que hace no mucho era el propio presidente Alberto Fernández quien criticaba los intentos de reforma judicial, pero bueno, viste que cuando estás del otro lado la cosa suele ser distinta.
Se termina otra etapa de la cuarentena y, dado que cada día muere más gente en el AMBA, todo va a seguir igual. Hasta que explotemos por el aire sacándonos los ojos unos a otros.
El que, evidentemente, sigue en su línea de que todo le chupe un huevo y ni enterarse de lo que pasa a su alrededor, es el expresidente Mauricio Macri, que se subió con su familia en un avión rumbo a París. Después dicen que no hay libre circulación, aprendan pobres.
Además, parece que fue hace un millón de años, pero solo hace un par de días, nos enteramos del maravilloso servicio que se da en José C. Paz, apañado y encubierto por su intendente Mario Ishii, que al mejor estilo nórdico reparten falopa en ambulancias. Ojo que cuando le cuestionaron a Ishii esta curiosa práctica comercial, aclaró que al decir “falopa” se refería a «Rivotril y otros ansiolíticos”, que todos sabemos que es legal vender en ambulancias.
Donde parece que el drama económico se está empezando a reactivar es en la provincia de Buenos Aires, más puntualmente en la casa del gobernador Axel Kicillof, ya que su mujer pegó un laburito en el CONICET para estudiar el oscurantismo. Qué bueno saber que nuestros impuestos van a la lucha contra demonios y espíritus infernales.
Finalmente, terminó la semana de Hot Sale y parecería que hubo un tipo que compró algo que estaba realmente más barato y que no había sido aumentado un 40% para después descontarle el 20%.