Sudamérica, de a poco, está volviendo a sus niveles históricos de violencia, fascismo y golpismo, y el que sigue estando en la vanguardia en esto es Bolivia. Solo que esta vez tomó ribetes tan bizarros como maravillosos.
Todo empezó con un general echado por criticar al actual gobierno boliviano, que se calzó su traje de fajina, juntó a un par de locos, unos chumbos y una tanqueta y se mandó para la Casa de Gobierno y lo encaró al Presidente, que lo miró como diciendo “estás del marote, tomatela”, así que lo que empezó como un Golpe de Estado termino siendo una discusión de tránsito.
Al General golpista, entiendo yo basado en el personaje de Alberto Olmedo, se le dieron vuelta hasta los políticos que habían hecho un Golpe de Estado hace 2 años. También salieron a repudiar la situación todos los países de la región, y en un hecho inédito, el gobierno argentino se expresó a favor de la democracia. Eso sí, casi como el General declarándole la guerra a Alemania cuando Adolf Hitler tenía el chumbo en el marote.
Sigue sin aparecer Loan, está todo el pueblo hasta las bolas y la abuela dice que se lo llevó el Pombero. No te cagues de la risa que en cualquier momento la policía toma en serio esta teoría. Para darle un toque de seriedad y compromiso a esta situación, el presidente Javier Milei se juntó con la ministra Patricia Bullrich, solo que se tomaron de 10 días para ver qué onda. En cualquier momento, el «Javo» se expediría sobre el tema para decir que no se va a meter en una transacción de cuerpos entre privados.
Hablando del magnánimo económico universal, dios de los cielos tierras y mares, liberador de mentes oprimidas por el comunismo y culeador de hermanas, Javier Milei volvió de su viaje por Europa, donde lo llenaron de premios falopa con un diploma del instituto libertario checo, a la altura de los que ostentaba la doctora Giselle Rímolo. Acto seguido, salió el mismo instituto a negar la invitación, el haber charlado con él y hasta negaron ese premio.
En su suma de quilombos diplomáticos, sigue el bardo con Brasil, ya que Lula pidió que «Milonga» se disculpe con él y su pueblo por haberlos ofendido con sus insultos. El petero presidencial, Manuel Adorni, dijo que no le van a pedir ninguna disculpa a Lula y, en un par de meses cuando necesite guita, lo vamos a ver desfilando con una caipirinha en el orto igual que como están haciendo ahora con los chinos.
¡Siguen las buenas noticias! Ahora eliminaron todos los topes que impedían aumentos de tarifas de internet, celulares y cable, es decir, se viene la libre competencia entre dos empresas. Tal vez se juntan y deciden rompernos el orto a todos, confío en la honestidad empresarial argentina.
El dólar se sigue disparando a records históricos, pero el ministro Luis Caputo dice que está todo bien y que son unos genios de la economía. Son tan genios que, ante empresarios, dijo: «Si esto sigue así, al final de nuestro mandato vamos a reducir el 90% de los impuestos». Por lo que entiendo, van a rajar a todos los empleados estatales y los jubilados van a cobrar con panes y mate cocido.
Según el Gobierno Nacional, los salarios subieron 10,5% en abril, superando a la inflación, también informaron que las cuentas sueldo cayeron 340.000 en lo que va del año. Otra lectura podría ser que 340.000 familias se quedaron sin laburo.
Empezó el juicio por el intento de asesinato a Cristina Fernández, al empresario de los copitos de algodón Fernando Sabag Montiel que, así de una y sin dar mucha vuelta, se auto culpó diciendo que quería matar a la expresidenta por ser una chorra, también aclaró que se informaba viendo a Eduardo Feinman y que había tirado una carta astral para ver si ese día iba a morir Cristina. No creo que Oswald haya matado a John Fitzgerald Kennedy, mirá si voy a creer que este loquito se quiso mandar solo en esa.
Por último, saludamos a Eduardo Belliboni, un creativo de la economía que, a través de una empresa fantasma vinculada al Polo Obrero, facturó casi 500 millones de pesos y declaraba un solo empleado. Esto solo nos muestra cómo, lamentablemente, un solo tipo tiene que ponerse al hombro toda una empresa.