Este viernes en el Noticero conversamos con la doctora Elizabeth Bogdanowicz, médica infectóloga, miembro de la Comisión Directiva de la Sociedad Argentina de Pediatría y médica también de la división Infectología del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Sobre la situación actual de sarampión, «estamos en un punto en el que tenemos que decir que venimos arrastrando desde la pandemia una falta de cobertura en nuestro calendario de vacunación que tiene incluida la vacuna triple al año y a los 5 años. Y estamos en riesgo de reintroducción de sarampión. A fines de enero entraron al país dos chiquitas procedentes de Europa del Este con varias escalas en el mundo y desarrollaron sarampión. Hasta el momento, se detectaron ocho casos de sarampión en la Ciudad de Buenos Aires (CABA) y ocho casos en municipios aledaños, en lo que conocemos como Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA)», advierte la especialista. «Entonces, en este escenario, en este territorio del AMBA, tenemos 16 casos de sarampión y tenemos 300 personas que están en observación porque han sido contactos con estos casos, y aún tenemos que esperar para ver si desarrollan sarampión. Debemos decir que los tres puntos básicos para hacernos cargo de esta situación ahora, que es un brote de sarampión, son tres».
«La vigilancia epidemiológica, donde vamos a tener que estudiar a todas las personas de cualquier edad y con cualquier condición de vacunación previa que consulten por fiebre y por erupción. Entonces, en esa situación se las va a estudiar para las dos enfermedades en las que estamos en plan de erradicación que son sarampión y rubéola. Si después el paciente tiene algún otro antecedente y amerita que se lo estudia para alguna otra enfermedad que también da fiebre y rush, bueno, continuará el estudio, pero en primera instancia está la necesidad de descartar sarampión», continúa Bogdanowicz.
Además, «así como se hace la vigilancia de los casos, se hace también la vigilancia de las características y se estudia una cosa que sabemos del virus, que se llama genotipo, que nos permite saber dónde fue el origen de este virus y, a partir de conocer toda la secuencia genómica, conocer su cadena de transmisión. Así que la vigilancia va a ser clínica y virológica. Por otra parte, hay que hacer una acción de bloqueo con todos los contactos. Hay que ir a la casa, ver que dentro de las 48 horas de notificada la sospecha, evaluar a todos los convivientes, ver quién está vacunado, quién no, el que esté bien vacunado no necesita ninguna acción en especial, el que no está vacunado y tiene más de 6 meses y no está embarazada y no tiene ninguna otra enfermedad que lo inmunodeprima, debe recibir la vacuna».
«Y si está en otras condiciones, por ejemplo, es un bebito pequeño de 4 o 5 meses o tiene una enfermedad como una enfermedad oncológica y está recibiendo un tratamiento o está embarazada y no puede recibir esta vacuna, debe recibir una gama globulina de pool que lo proteja. Esta es la acción de bloqueo que hay que hacer con los contactos que conviven con el caso. Después, las otras personas que pudieron haber tenido contacto deben ser vigiladas durante 30 días, teniendo en cuenta que el sarampión tiene entre 2 y 3 semanas de incubación para ver si desarrolla alguna otra sintomatología que pudiera ser compatible con sarampión. Y lo que es más importante o lo que complementa todas estas acciones es el fortalecimiento de la vacunación», detalla. «En este momento, más allá de lo que se haga con el bloqueo, con los convivientes, está la indicación de llevar adelante la campaña de fortalecimiento de vacunación contra sarampión. ¿Esto qué significa? Que los menores, los chicos entre 6 y 11 meses, deben recibir una dosis de vacuna doble viral, que está destinada contra sarampión y rubéola».
Asimismo, la doctora advierte que «todos aquellos adultos que nacieron después de 1965 y no pueden acreditar dos dosis de vacuna antirrábica española, deben recibir la vacunación. También los viajeros, dependiendo a dónde van a viajar por el mundo, deben consultar antes porque es conveniente que se vacunen antes de viajar si van a países que tienen alta circulación comunitaria de sarampión, para no ir llevando el virus por el mundo».
Al respecto de la tasa de contagio del sarampión, Elizabeth Bogdanowicz recuerda que «cuando hablábamos de COVID-19, decíamos que este número que llamábamos RO, esta característica de infectividad era de alrededor de cuatro, es decir, que por una persona enferma se podían enfermar cuatro. Con sarampión por un enfermo pueden enfermar entre 15 a 18 susceptibles. Es mucho más contagioso que el COVID-19 y puede tener complicaciones que pueden ser mortales, en niños desnutridos, en niños con alguna otra enfermedad de base y en adultos con inmunosupresión. Entonces, las complicaciones respiratorias y neurológicas que puede producir el virus en poblaciones especiales deben ser muy tenidas en cuenta. Por eso es muy importante la campaña, está comenzando, las vacunas están llegando a todos los lugares y recuerden que como vacuna de campaña está la doble viral, sarampión, rubéola. Como vacuna de calendario está la triple viral, sarampión, rubéola, paperas. ¿Sí? Eso es lo que estamos haciendo hoy día con la vacunación».