¿Qué está pasando últimamente y por qué la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) está alterada?
Estas últimas semanas se dieron noticias que dejaron al mundo descontrolado… en 2024, los astrónomos detectaron un meteorito viajando hacia nosotros desde más allá del sistema solar y lo llamaron 3I/Atlas.
Este objeto, indescriptible en su momento, es un cometa interestelar (viene de fuera del sistema solar) que sigue una trayectoria hiperbólica en el que entra al sistema, pasa cerca del Sol y desaparece para siempre.
Su nombre 3I/ATLAS proviene del telescopio ATLAS ubicado en Chile, que fue el encargado de detectarlo. La denominación 3I hace referencia a su número interestelar, utilizado para identificar los objetos que se aproximan a la órbita terrestre. Es solo el tercer visitante interestelar observado desde fuera de nuestro sistema solar, después de ‘Oumuamua y Borisov ya será observado por telescopios como Hubble, James Webb y Gemini.
Fue descubierto 1° de julio de 2025 y su velocidad es de 61 kilómetros por segundo (unos 220.000 kilómetros por hora). Compuesto por hielo, polvo y gases, 3I/Atlas parecía un cometa, pero su velocidad y trayectoria rompían las leyes conocidas: no tiene cola, no gira como una roca común y parece acelerar por sí mismo.
¿Por qué llamó tanto la atención?
Lo que más sorprendió a los astrónomos fue su comportamiento: se mueve a más de 60 kilómetros por segundo, una velocidad desmedida incluso para un meteorito, y su brillo cambia de forma irregular.
El astrónomo Avi Loeb, el mismo que estudió el caso de ‘Oumuamua, dijo que algunos patrones de luz podrían indicar una estructura metálica o artificial. Esto abrió el debate en redes sociales, ya que varios usuarios empezaron a relacionar el descubrimiento con la profecía de Baba Vanga, que decía que en 2025 íbamos a tener contacto con seres de otros mundos.
Baba Vanga, una de las videntes más reconocidas del mundo, hizo una predicción para este mismo año. Se dice que anticipó que «la humanidad hará contacto con vida extraterrestre» y que ocurrirá durante un gran evento deportivo. También se afirma que esa manifestación se verá como «una nueva luz en el cielo» que todo el mundo podrá ver.
Aunque el misterio del 3I/ATLAS sigue generando teorías y especulaciones, la ciencia mantiene los pies sobre la Tierra. La NASA y otros observatorios continúan estudiando su composición y trayectoria, intentando comprender si estamos ante un simple fenómeno natural o algo que desafía lo conocido.
Por el momento, no existen pruebas que indiquen que se trate de un objeto artificial o de una tecnología desconocida. Sin embargo, su velocidad inusual y las variaciones en su brillo lo convierten en un fenómeno astronómico sin precedentes.
El caso del 3I/ATLAS no solo desafía nuestros conocimientos sobre el espacio sino que, también, refuerza la importancia de la observación y la investigación científica ante lo desconocido.